Diálogo

Cristián Medina, profesor universitario:“Enseñar Historia no tiene que ser algo árido o aburrido”

Doctor en Historia y Geografía por la Universidad Complutense de Madrid, santiaguino de nacimiento y penquista por adopción y relaciones humanas, se vino a Concepción en 1994 para hacer clases en la USS, institución a la que regresó tras algunos años en la UCSC. Sus líneas de interés son la historia de las relaciones internacionales, la Guerra Fría, el caso Honecker y otros interesantes acontecimientos de la historia, una disciplina que lo apasiona.


Por Cecilia Díaz R.


– Al evocar su infancia, ¿cuál es la primera imagen que viene a sus recuerdos?

– Los juegos de conocimientos junto a los amigos y amigas del barrio: el bachillerato, puzzles, las capitales, cosas así.

– ¿Qué libro influyó en sus primeras lecturas?

– Sin dudarlo, la lectura del Mío Cid Campeador. Sus aventuras me hicieron amena mis tardes infantiles.

– ¿En el colegio era el típico mateo?

– Para nada, era un alumno promedio. Muy disciplinado eso sí.

– ¿Qué lo cautivó de la historia?

– El poder vivir a través de la lectura, otras épocas y otras vidas diferentes a la mía.

– ¿De qué manera lo marcaron sus estudios en la PUC?

– Mucho en realidad. Estudié en una época de muchos cambios políticos en Chile y de intensos debates, los años ochenta. En esa época, el Instituto de Historia de la PUC tenía varios académicos que habían obtenido el Premio Nacional de Historia: Sergio Villalobos, Ricardo Krebs, Armando de Ramón, R. P. Walter Hanisch, así que tener clases con ellos fue una enorme oportunidad de aprendizaje para mí.

– ¿Qué es lo que más añora de los cinco años que vivió en Madrid?

– Las librerías y el tiempo que tuve para leer de todo y a todas horas, no sólo de temas relacionados con mis estudios doctorales.

– ¿Qué aprendizaje clave le dejaron sus estudios en Universidad Complutense?

– La importancia de la profesionalización del oficio de historiador mediante los marcos metodológicos y la necesidad de siempre efectuar una exhaustiva revisión multi archivística y multi lingüística.

Carlo Magno

– ¿Qué rescataría de sus años en Concepción?

– El haber hecho familia y amigos acá. También a las varias generaciones de estudiantes de pre y post grado que he tenido, con muchos de ellos he podido construir una bonita amistad.

 – En su opinión, ¿quién es el personaje más importante de la historia universal?

– Es una pregunta difícil, pero me encanta Carlo Magno, constructor de Occidente.

– ¿En qué época de la historia le habría gustado haber vivido?

– En plena Guerra Fría, específicamente en los años sesenta.

– ¿Siente que los jóvenes han perdido interés por aprender sobre historia?

– Creo que la forma en la que se enseña el conocimiento histórico es lo que ha generado una desafección hacia la Historia como disciplina. Felizmente esto ha ido cambiando en los últimos años.

– ¿Cuáles son sus fortalezas como profesor?

– La alegría, entusiasmo, emoción y disciplina con la que hago mis clases. Enseñar Historia no tiene que ser algo árido o aburrido.

Berlín y México

– ¿Tiene algún desafío pendiente?

– Muchos y en varias dimensiones.

– De todos sus libros, ¿cuál le ha otorgado mayores satisfacciones?

– Cada libro ha respondido a una etapa profesional de mi vida, así que les tengo mucho cariño a todos. El mejor libro es siempre el que está por venir.

– ¿Un destino inolvidable?

– Berlín en lo profesional y México en lo familiar.

– ¿Tiene algún pasatiempo? ¿Cuál?

– Tengo varios. Hacer deporte, el cine, ver series de TV.

– ¿Tiene alguna colección?

– Sí, mi biblioteca con libros sobre la Guerra Fría. No presto mis libros ya que si salen de mi casa se resfrían.

– ¿A qué intelectual chileno admira?

– Hay dos: Joaquín Fermandois, probablemente el mayor intelectual chileno de estos tiempos, y Cristián Garay, una mente superior.

– ¿Cuál es el momento más complejo que ha vivido?

– Los quebrantos de salud que he tenido en los últimos años.

– ¿Se considera un papá estricto?

– Eso lo deberían responder mis hijos. Trato de ser justo.

– ¿Cómo quiere que lo recuerden sus hijos?

– Como alguien que les pidió que fueran siempre felices con lo que hicieran.

– ¿Qué tipo de música prefiere?

– Soy un wurlitzer. Todo depende del estado de ánimo y de la ocasión.

– ¿Algún placer culpable que quiera confesar? 

– Viajar. Mi oficio de historiador me ha permitido estar y conocer lugares increíbles.

– ¿Con qué cree que nos encontraremos después de la muerte?

– Con la paz plena en Dios.