Diálogo

Creando comunidad por redes sociales

Cada vez son más opciones que existen en las redes sociales para que personas que comparten un interés, un deporte o un oficio puedan hallar a pares y, en compañía, realizar tal o cual actividad. Poner atención en cómo se “comporta” ese grupo, y el autocuidado, son fundamentales para buenos resultados.


Por Paulina Pérez D.


Reuniones a la usanza medieval, escaladas, paseos de ciclistas, exhibición de cosplay, encuentro de dueños de perros de una determinada raza, caminatas de amantes de los pájaros… Cada vez son más opciones que se promocionan en las redes sociales para que personas que comparten un interés, un deporte o un oficio puedan hallar a pares y, en compañía, realizar tal o cual actividad. Si bien se trata de oportunidades que antes no existían y, por ende, muchos y muchas pueden por fin sentirse “acompañados”, por lo mismo, surgen también nuevos riegos a los que poner atención. De todas formas se trata de una expresión más del espíritu gregario del hombre, puesto en acción, y de un correcto uso de la tecnología, al servicio del desarrollo espiritual.

La precaución, siempre

Juan Orias Salazar, académico de Psicología de la Universidad San Sebastián Concepción, mira con buenos ojos el que las personas puedan mantenerse conectadas entre ellas, especialmente si eso se refiere a gustos afines. “Es un requerimiento básico del ser humano, somos seres sociales, que requieren de otros para poder subsistir. Si bien el mayor o menor requerimiento de otros es algo individual, es importante comprender esta necesidad. Compartir con otros además facilita el sentido de pertenencia, ser parte de un grupo puede aumentar el bienestar y disminuir los sentimientos de soledad. Además, considerando el clima del grupo, puede favorecer la motivación y apoyo, y con esto reducir el estrés y la frustración. Por lo tanto, compartir intereses con los pares no solo fortalece nuestras relaciones sociales, sino que también nos motiva y enriquece nuestra vida de muchas maneras”, asevera. 

Ahora, como toda actividad humana, ello puede implicar algunos riesgos. “Las relaciones humanas son relaciones que se dan entre personas con distintas vivencias y personalidades, por lo tanto, verse involucrado en un conflicto o malentendido siempre será posible. Lo anterior puede incrementarse al estar en contacto con personas desconocidas, que pueden tener mayores diferencias de opinión o personalidad, lo que puede llevar a conflictos dentro de un grupo. Por otra parte, la sensación de bienestar que nos puede provocar estar en un grupo puede disminuir los sentimientos de desconfianza, y con esto tener un descenso respecto a las precauciones que podemos tomar”, advierte.  

Por lo mismo, como resultado de la motivación existente y del buen ánimo colectivo, puede ocurrir un descenso la desconfianza habitual o de los límites auto establecidos, “lo que hace fundamental investigar previamente al grupo, reunirse en lugares públicos y mantener comunicación con amigos y familiares, esto a pesar de que pasemos bastante tiempo con nuestro nuevo grupo de amigos o compañeros. Tomar estas precauciones puede ayudarte a disfrutar de la experiencia de unirte a un nuevo grupo mientras mantienes tu seguridad”, recalca Juan Orias, quien es psicólogo clínico infantojuvenil.

Ambiciones realistas

Varios factores intervienen en qué actividad realizar y cómo realizarla: edad, estado físico, tipo de práctica, condiciones emocionales… Y por ello, Miguel Ramos Figueroa, especializado en Excursionismo o Trekking, quien cuenta con certificación nacional e internacional, es crítico a la hora de reflexionar en torno a algunos grupos de excursionistas que se buscan, a través de las redes sociales, para realizar actividades más de riesgo.

“La naturaleza es la que impone los riesgos, y para ello existe una serie de normas, súper específicas, que sí o sí debes conocer y respetar, hagas actividades de baja montaña, alta montaña, caminata, etcétera. Debe haber un guía, un líder al que respetar, y conocimientos precisos del oficio, como también tener capacidades emocionales y físicas para hacerlo. En lo personal, creo que este tipo de grupos que convocan por Internet, en este ámbito, deben moverse solo a nivel de expertos o semi expertos”, narra el ingeniero de profesión, instructor certificado por la Escuela Nacional de Montaña, y velerista.

Pero no por ello no puede hacerse “nada”. “Desde el punto fisiológico ir a una montaña te hace liberar endorfinas, oxigenarte, eliminar toxinas. Un ascenso es un reto a superar, te sientes realizado al lograrlo. La actividad física siempre es bienvenida por el cuerpo. Cada salida es una aventura, pero no debes ir más allá de los límites personales.”, afirma Ramos, quien además, identifica que poca gente mayor sale a caminar. “Los mayores de 65 años no tienen partner para salir. Es ideal es que se contacten entre sí, ellos pueden hacer actividades menos exigentes: subir el Cerro Caracol, por ejemplo”.

Y purista en el oficio, tras toda una vida dedica a él, entre las exigencias Miguel Ramos destaca la necesidad de saber de primeros auxilios, dominio absoluto y seguridad de la ruta a abordar, alimentación e hidratación adecuada, vestimenta ad hoc, en general, todo lo que se estipulan en las normas chilenas. “Tienes muchos sectores a los que acudir, a unos 150 kilómetros alrededor de Concepción. Chome, Desembocadura, Cerro Caracol, Lenga… no necesariamente subir un volcán. Eso dejémoslo a los más expertos”, afirma.

Entusiasmo en dos ruedas

El Club Deportivo, Social y Cultural de Ciclismo, Bío Bío Pedal, o simplemente conocido como “Bío Bío Pedal”, tiene hasta personalidad jurídica. Y todo por amor a la bicicleta. Existente desde agosto de 2016 por un grupo de amigos amantes del ciclismo comenzaron a reunirse, convocando a otros, en tiempos en que las redes aún no eran lo suficientemente influyentes. Hoy realizan salidas dos veces por semana: miércoles, desde las 19.30 horas, y domingo, desde las 9.30 horas, “hasta no más allá de las 22.30, los miércoles, y hora de almuerzo, los domingo, porque nos interesa la seguridad de los participantes. Y son de diferentes comunas, por lo que se requiere que tomen su tiempo para retornar seguros a sus casas”, cuenta Jorge Díaz Monsalves, uno de los 22 directores del grupo.

Las salidas son desde diferentes puntos, dependiendo del circuito: Universidad de Concepción, Plaza Acevedo, Lorenzo Arenas, Memorial del 27 F (costanera), para ir a destinos como Cerro Caracol, Nonguén, Talcahuano o San Pedro de la Paz. El número de quienes se suman es relativo, sin embargo, se trata de personas de entre 18 años hasta tercera edad. “El 2023 hicimos 70 salidas en total. 30 diurnas y 40 nocturnas. Participaron 1.541 personas, lo que da un promedio de 25 personas por salida”, narra Jorge Díaz, quien es ingeniero civil industrial, en un grupo conformado por deportistas aficionados de diversas comunas, barrios, profesiones y oficios.

¿Qué se pide para compartir? “Estado físico acorde a la actividad, bicicletas mecánicamente seguras, los implementos que exige la ley (casco, chaleco, luces) y respeto absoluto de las leyes del tránsito. Sin ello no pueden participar de nuestras salidas, aunque les damos la oportunidad de adquirir los implementos y sumarse después, cuando puedan. Además, tenemos tres radios y un botiquín bien abastecido”, expresa el director de la agrupación, colectivo que cuenta con estatutos e incluso un protocolo de abuso sexual, abuso y maltrato.

“Queremos sostener a un grupo de personas que disfrutan haciendo lo mismo, cuidándose entre sí. Muchos nos hemos capacitado en temas mecánicos, en primeros auxilios, para pedalear con confianza. Creemos que a todos nos hace bien pasarlo bien mientras ejercitas tu salud física y, naturalmente, mental”, puntualiza.