Diálogo

Muy agradecido de Concepción

Me voy feliz de haber conocido una Iglesia orante, devota de la Virgen María y de San Sebastián, y con una gran vocación de servicio. Me voy feliz de haber sido siempre puente en medio de tantos conflictos sociales que surgen de las injusticias, especialmente hacia los más pobres.


+ Fernando Chomali Garib

El pasado 25 de octubre de 2023, el Papa Francisco me ha nombrado Arzobispo de Santiago. Acepté por la obediencia que le debo al Santo Padre y, también, porque soy un convencido que el mejor servicio que le podemos prestar a la sociedad es predicar a Jesucristo para que las personas crean en Él, y creyendo en Él, descubran la belleza de la vida y de su vocación y vivan con intensidad y pasión el mandamiento de amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo.

Me voy en paz por lo realizado y sobre todo agradecido de los sacerdotes que me acogieron, me apoyaron y dieron un claro ejemplo de vocación y amor a la Iglesia. Lo mismo vale para las religiosas, los diáconos y sus esposas y el maravilloso Pueblo de Dios que me regalaron tanta alegría y esperanza. Bendigo a Dios por cada uno de ellos. Me voy con la convicción que el Señor ha actuado y sigue actuando en esta zona maravillosa pero muy atormentada por terremotos incendios, inundaciones y últimamente una inusitada violencia, pero siempre capaz de levantarse una y otra vez. Me voy conmovido de tantas personas que le dedican lo mejor de sí a la Iglesia preocupándose de manera efectiva y abnegada de los más pobres. Me voy feliz de haber conocido una Iglesia orante, devota de la Virgen María y de San Sebastián, y con una gran vocación de servicio. Me voy feliz de haber sido siempre puente en medio de tantos conflictos sociales que surgen de las injusticias, especialmente hacia los más pobres.

Si en algo he ofendido, si en algo no he sido lo suficientemente justo y ecuánime, pido perdón de corazón. Siempre me animó un espíritu de colaboración y siempre primó en mí la buena fe. Gracias, gracias, muchas veces muchas gracias. Que Dios los bendiga y los cuide.

Comprometo mi oración por ustedes en la misa diaria y les pido que recen por mí y el Papa Francisco. La Iglesia es una, en Concepción, en Santiago, o donde sea. Seguiré haciendo lo único que sé hacer, rezar por la comunidad y predicar el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo quien dio la vida por cada uno de nosotros y nos invita a una vida nueva en Él. Los llevo en mi corazón que reboza de gratitud.

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