
Con el fin de año, la pausa en las actividades académicas invita a reflexionar sobre el uso de las redes sociales, sobre todo ante el aumento de casos de intimidación por medio de las plataformas digitales.
Por Érico Soto M.
Hablar de ciber acoso, bulling en redes sociales o cualquier tipo de actitud agresiva a través de Internet, es hacerlo sobre un nuevo tipo de intimidación, cada vez más presente entre los jóvenes y que se acrecienta con el uso de dispositivos personales en la etapa escolar. Ya sea por medio de las distintas redes, aplicaciones de mensajería, juegos o utilidades de los teléfonos móviles, se evidencia un comportamiento que busca atemorizar e incluso humillar a otras personas, con riesgos psicológicos y personales que pueden causar variados problemas en el afectado.
El contexto escolar, donde los estudiantes conviven con medios digitales, es donde se hace notar este tipo de violencia. Una dinámica que se acrecentó durante la pandemia, donde se registró un mayor uso de tecnologías de la información y redes sociales, con el aumento también del bullying cibernético.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la tercera parte de los niños en el mundo actualmente sufre de acoso escolar, con casos que aumentan en el segundo ciclo básico, donde la prevalencia se marca en los varones, con un 32 por ciento.
Este fuerte aumento de denuncias de acoso vía Internet, según datos entregados por la Superintendencia de Educación, en 2018 y 2019 en nuestro país registraron un total de 407 denuncias, cifra que se incrementó a 769 en 2022, lo que significa un alza de 88,9%. En el total de acusaciones presentadas el año pasado, un 59% de las víctimas eran mujeres y un 49% se registraron en escuelas de enseñanza básica.
Desafíos
Rosemary Villagrán, encargada de Convivencia Escolar del Liceo Rosita Renard de Coronel, sostuvo que “como institución pública nos regimos por reglamentos internos y protocolos, que básicamente nos hacen actuar desde lo instrumental, desde el cálculo, desde la estructura, y no de la dimensión humana, es decir, no tenemos incorporada el área de las emociones. La parte humana no está dimensionada, ni está bien ubicada en nuestras estructuras o instrumentos normativos”.
Luis Muñoz, coordinador del Programa Hablemos de Todo de Injuv Biobío, destacó que “la invitación es la de hacerse cargo y no colocar como excusa la falta de herramientas, sino de accionar, solamente con escuchar y decir aquí estoy para lo que necesites, dando tiempo para ver de qué forma puedo ayudar”.

Fundación Katy Summer
Desde la Fundación Katy Summer, su fundadora Evanyely Zamorano, destacó que en el difícil proceso que les tocó vivir tras el suicidio de su hija, Katy Winter en 2018, fue importante poder transformar el dolor en amor y mantenerse unidos pese a la adversidad.
“Algo que nos levantó fue la frase: cuando eres débil, entonces eres fuerte. Si vas en vehículo por una montaña, a veces no se puede subir con la potencia que el vehículo tiene, pero se puede aplicar un 4×4, y ese 4×4 que aplicamos nosotros, fue simplemente la solidaridad, transformar el dolor en amor y el mantenernos juntos. Sería egoísmo quedarnos callados y también sería sembrar muerte, y si quieres sembrar algo, a nosotros nos gusta sembrar vida”, afirmó.
En tanto, el director ejecutivo, Emanuel Pacheco, destacó que como fundación trabajan en tres pilares: sensibilización, alfabetización y entrega de herramientas. “En el primer pilar, como sensibilización, como charlas de sensibilización a través de nuestro testimonio o a través de herramientas que hemos aprendido para poder asegurarnos que más personas sepan cómo prevenir situaciones de violencia digital y también cómo prevenir suicidio. En el pilar de alfabetización, hemos desarrollado estudios, con los que nos hemos dado cuenta que principalmente los jóvenes entre 20 y 25 años tienen una sintomatología depresiva bastante complicada, bastante compleja, y por lo tanto tenemos que acercarnos a ellos y educar también a sus comunidades, colegios, padres, universidades y empresas con herramientas para prevenir situaciones que puedan llegar a consecuencias graves como la que vivimos nosotros con Katy”.
“Sería egoísmo quedarnos callados y también sería sembrar muerte, y si quieres sembrar algo, a nosotros nos gusta sembrar vida”.
Evanyely Zamorano, Fundación Katy Summer.
Asimismo, Pacheco señaló que en el último pilar de entrega de herramientas existen dos principales. La primera es la Red Summer, “tenemos un equipo de 30 psicólogos y abogados a los cuales derivamos casos que nos piden apoyo. Cualquier persona que entra a nuestra página web o a nuestro Instagram y nos pide ayuda puede llenar un formulario y, Connie, trabajadora social de la fundación, los contacta, asesora, guía y deriva a algunos de nuestros psicólogos. Pero también tenemos otra con la que estamos hoy día capacitando y tenemos el sueño de llegar a un millón de personas, ya vamos en 2500 y se llama Oasis dirigida a la contención emocional y primeros auxilios psicológicos”.
Pilares
Pacheco es enfático en asegurar que el ciberacoso se ha potenciado durante la pandemia, debido a que los niños, niñas y adolescentes ven el mundo digital como un refugio y extensión de sí mismos. “Materializan en este tipo de espacio su necesidad de pertenecer, de ser aceptados, validados y vistos, algo que se perdió desde el momento en que tuvimos que encerrarnos, quedándonos sin la oportunidad de socializar con otros”, sentencia.
Además, comenta que la cultura de los adultos ha enseñado durante mucho tiempo a los menores que, en una situación de acoso escolar, lo mejor es ignorar al agresor, en una búsqueda por no empoderarlo. Sin embargo, esto ha tomado una arista muy negativa en el contexto digital: “Esa estrategia, en el mundo cibernético, se vuelve peligrosa. No se puede ignorar algo que está a la mano en tu teléfono y al que puedes acceder cuantas veces quieras. De hecho, hemos visto que aquellos niños y jóvenes que tratan de ignorarlo, son los que mayor sintomatología depresiva tienen”.
“La parte humana no está dimensionada, ni está bien ubicada en nuestras estructuras o instrumentos normativos”.
Rosemary Villagrán, encargada de Convivencia Escolar del Liceo Rosita Renard de Coronel.
Sanciones
Sobre las eventuales sanciones a la que se exponen quienes incurren en prácticas violentas en redes sociales, el Dr. Carlos Céspedes, Decano Facultad de Derecho UCSC, señaló que el afectado puede recurrir ante los tribunales de justicia para pedir que determinadas publicaciones sean eliminadas, normalmente a través de la presentación de recursos de protección: “En la actualidad, se han acogido bastantes acciones de tal naturaleza por publicaciones de noticias que van en desmedro del prestigio o del honor de las personas. Asimismo, también se puede abrir la vía penal por algún posible delito de injuria o calumnia”.
Sobre si es conveniente para la víctima denunciar, el académico señala que el ordenamiento le reconoce herramientas, y que lo más eficaz hasta el momento ha sido la interposición de recursos de protección: “Las Cortes de Apelaciones, en un procedimiento bastante rápido y frente a la acreditación de la existencia de una publicación atentatoria del buen nombre y honor de una persona, tutelan al afectado disponiendo la eliminación de las redes sociales de las publicaciones deshonrosas”.
Además de lo anterior y para el evento de que el afectado demuestre la existencia de un daño, podría evaluarse desde la vía civil la posibilidad de ejercer acciones indemnizatorias en contra de quienes han efectuado la respectiva publicación. Y si se elige la vía penal, eventualmente podría existir una sentencia condenatoria que castigue la comisión de algún ilícito criminal.