Elizabeth Aguilera, dirigenta social: “La mujer históricamente sacó adelante a su familia de la nada”

Nacida y criada en la comuna minera, como dice ella, es la presidenta de la Mesa Ciudadana, Patrimonio, Cultura y Turismo de Lota. Ha tenido una vida intensa, llena de actividades y desafíos. También de profundos dolores como el fallecimiento de su hija Noelia a causa de un cáncer.


Por Cecilia Díaz R.

– ¿Cuál es la primera imagen de Lota que recuerda de su infancia?

– El corredor de mi pabellón donde jugábamos con los otros niños y niñas.

– ¿De qué manera la marcó vivir con sus abuelos maternos?

– Me inculcaron valores y costumbres para tener una buena vida, como la importancia de la educación, de leer, de la música. A pesar de ser muy pobres, nada de lo anterior faltó en mi casa.

– Vivió rodeada de hombres que se dedicaban a la mina, ¿qué sentimientos le generaba esa ocupación?

– Miedo y orgullo. Miedo, porque antes de irse mi abuelo me pedía que lo bendijera por si no volvía. Y orgullo, porque era lo que nos daba de comer dignamente.

– ¿Qué significó para usted estudiar en la Escuela Centenario de Lota?

– Significó muchísimo, hasta hoy, desde recibir una buena instrucción, también valores que jamás se me olvidaron como “la pobreza no justifica llegar tarde o andar sucios por la vida” (palabras de las monjas).

– ¿Qué enseñanzas le dejaron las religiosas de la escuela?

– Algunas las entendí de adulta como la importancia de la vocación, porque yo de niña me preguntaba por qué esas mujeres preferían estar educando niñas ajenas en vez de las propias.

– ¿Era estudiosa?

– No tanto, pero tenía buenas notas, habilidades artísticas y mucha personalidad hasta ahora.

Resiliencia femenina

– ¿La mujer lotina tiene algún rasgo en particular

– Sí, es una resiliente. Históricamente sacó adelante a su familia de la nada. Y siempre   enfrentó las adversidades propias y las del barrio con solidaridad, que es tan necesaria para sobrevivir.

– Estudió en la universidad una vez que ya estaba casada y tenía a sus tres hijos, ¿qué fue lo más complejo de aquel período?

– Que me alcanzara el tiempo y cumplir bien con todos mis roles, porque soy muy responsable.

– ¿Los hombres ligados al trabajo minero, como su esposo, son machistas?

– Claro, es la forma como aprendieron que eran la vida y el orden de las cosas. Aparte de que, por la forma como desarrollaban su trabajo, era de tal importancia y sacrificio que los llamaban “héroes del carbón”. Frente a eso, cualquier otro trabajo palidecía, sobre todo el de la mujer.

– ¿En qué se ha apoyado para superar la muerte de su hija mayor?

– En el núcleo familiar, mi esposo; mis dos hijos, Melissa y Andrés, y en mis actividades sociales, específicamente en mi rol de presidenta de la Mesa Ciudadana de Patrimonio. 

– ¿Se ha rebelado frente a la inmensa pena?

– Absolutamente. Entre los tantos sentimientos que a uno la abordan aparecen con mucha fuerza la ira, rabia, impotencia, cuestionamientos que son muy dolorosos, inexplicables, el vacío inmenso que se instala en el cuerpo y que uno anestesia haciendo cosas.

– ¿Qué significó para usted convertirse en abuela?

– Entrar a otra dimensión. Yo soy una madre bien aprensiva, por lo tanto, me ocupaba siempre que mis hijos crecieran bien. En eso, me salté muchos detalles que ahora los veo en mis nietos y me parecen increíbles, los he disfrutado mucho.

Riqueza lotina

– En su opinión, ¿cuál es el real valor de Lota?

– Su historia, la gente que produjo, además del carbón. La forma en cómo salimos, desde la esclavitud misma, hacia condiciones de vida más dignas y justas. Por otro lado, el que aquí se produjera, gracias a la madre tierra, el combustible más importante de la época hizo que el país se beneficiara también.

– ¿Se siente apoyada en su labor de promover a Lota para lograr un desarrollo sustentable?

– Sí, mucho, por mis compañeros y compañeras de la Mesa con quienes compartimos este sueño y locura a la vez. También por quienes conforman las instituciones públicas y privadas que integran la Mesa del Plan Lota hacia el Patrimonio Mundial que nos ha permitido estar postulando en la lista tentativa de la UNESCO.

– ¿Los lotinos valoran el patrimonio y la riqueza de su ciudad?

– Yo creo que aman Lota, se sienten orgullosos de su tierra, les hace ilusión ser patrimonio mundial. Pero ha costado que el concepto de preservación del patrimonio cultural y su alcance como palanca de desarrollo se internalicen y se valoren, porque es un proceso muy largo para ver frutos tangibles a corto plazo.

– ¿A qué persona admira? ¿Por qué?

– A mis abuelos, que me criaron. Todos los días los recuerdo. Cómo era posible que siendo personas tan sencillas, con nada o escasa educación, tuvieran una sabiduría tan grande y hasta hoy sus enseñanzas y valores me acompañan.

– ¿Tiene algún pasatiempo?

 – Leer y ver cine en la tele.

– ¿Tiene algún desafío pendiente?

– No. Ya están todos puestos en la mesa. Tengo que seguir adelante para que dejen de desafiarme.

– ¿Qué cosas la hacen feliz?

– El pan minero recién salido del horno y comérmelo mientras camino por las calles de Lota. Las frases para el bronce de mis nietos.

– ¿Con qué nos encontraremos después de la muerte?

– Espero encontrarme con mi hija Noelia, abrazarla y saber que está bien y que es feliz.