
Resolver la delincuencia es una de las principales preocupaciones para los chilenos. Por ello, es clave entender cómo funcionan los dispositivos de seguridad a distancia, sus diferentes sistemas y cuál es su relación con conceptos como: domótica e internet de las cosas.
Por Matías Sánchez V.
Con el verano, llegan las vacaciones y sus anhelados destinos: playa, montaña o algún viaje al extranjero. Dichas alternativas comparten un aspecto en común, salir de casa. Aunque eso podría verse como algo muy positivo, ya que contribuirá a recargar energías, también lo ven así los delincuentes, quienes aprecian el periodo estival como una oportunidad para robar artículos de valor en los hogares. Sin embargo, la tecnología ha avanzado mucho en seguridad, con cámaras de video que permiten saber en el momento lo que está sucediendo para así prevenir un mal rato o una desgracia mayor.
Este panorama de preocupación se sustenta con los resultados de la encuesta del Centro de Estudios Público (CEP) de noviembre y diciembre del año pasado. En ella, se advierte que el 60% de los 1441 encuestados ve a “la delincuencia, los asaltos y robos” como el principal problema por el que el gobierno debería dedicar mayores esfuerzos para resolverlo.
Ante datos como este, resulta fundamental saber qué elementos permiten vigilar la casa mientras se está alejado de ella, qué otras funciones pueden hacer estos dispositivos y cómo se relacionan con dos conceptos: domótica y e internet de las cosas.
Según Luis Angulo Mura, coordinador del área de Innovación y Tecnología de la U. San Sebastián, la domótica consiste en la automatización de funciones a través de dispositivos que están conectados a una central. “A su vez, dicha central puede estar conectada a un teléfono inteligente. No requiriendo eso sí de internet para funcionar”, puntualizó.
Respecto al internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), este concepto trata sobre la interconexión de dispositivos para que se comuniquen entre sí, cuyo requisito base es la conexión a internet. “Esta conectividad involucra a dispositivos cotidianos, tales como electrodomésticos, dispositivos de seguridad, entre otros. Todos estos artefactos se conectan a internet para recopilar y compartir datos de uso, estado y funcionamiento”, dijo Raúl Sánchez Micheas, máster en Innovación en Biociencias y Bioingeniería.
Conexión a distancia
Estas nuevas tecnologías, al complementarse, crean el concepto de smarthome. En simple, la domótica ejerce el rol de actuadores, como motores que activan las persianas o los robots de limpieza. Mientras que la Iot permite el control remoto y monitoreo de dispositivos y sistemas en el hogar a través de una interfaz de usuario, similar al de un smartphone o computadora.
“La domótica consiste en la automatización de funciones a través de dispositivos que están conectados a una central. A su vez, dicha central puede estar conectada a un teléfono inteligente. No requiriendo eso sí de internet para funcionar”, Luis Angulo Mura, coordinador Innovación y Tecnología USS.
“En términos funcionales, los dispositivos de domótica pueden realizar una variedad de tareas como: controlar el clima, encender y apagar las luces, ajustar el aire acondicionado, controlar los rollers o cortinas, entre muchos otros aspectos del hogar”, explicó el también académico de la carrera de Animación Digital de la USS Concepción Raúl Sánchez.
Además de dar la impresión de que la casa está habitada para una mayor seguridad, están las funciones de vigilancia y resguardo de un perímetro o espacio determinado. “Eso se puede hacer a través de cámaras o sensores. Asimismo, existen otras más avanzadas que capturan y transmiten las imágenes en directo”, detalló el académico de la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño USS Luis Angulo.
Todos estos dispositivos requieren de una configuración inicial o de la instalación de una aplicación específica. “Los precisos son muy relativos, pero un kit inicial bordea los $60 mil para funciones básicas. De hecho, muchos electrodomésticos que hoy compramos vienen con funciones que se pueden ir configurando en el marco del smarthome”, indicó el ingeniero civil informático Luis Angulo.
Vigilancia remota
Si se cuenta con tanta funcionalidad, surgen las dudas de cómo o cuáles son las maneras de evitar hurtos o daños a la propiedad mientras se está de vacaciones. La respuesta a cada una de ellas es simple: cámaras. Estos aparatos son el corazón de la seguridad y no solo están disponibles para municipalidades o empresas, sino que también para las familias.
Para ello, están dos tipos de cámaras de seguridad: análogas e IP. Sus diferencias radican en el precio, siendo las primeras más económicas. Sin embargo, ambas pueden conectarse a un dispositivo a distancia para ser controladas y recibir alertas a través de internet.
“La cámara IP se conecta con un cable de red y tiene un software que permite configurarla y acceder a ella remotamente. Van conectadas a un switch y después a un grabador de imagen en red o NVR (Network Video Recorder). La ventaja es que puedes tener una cámara en un cerro y la conexión no se verá afectada por la distancia, porque puede ser por fibra, cobre o aire”, explicó Gustavo Yáñez Cornejo, fundador de Telcored, empresa de San Vicente de Tagua Tagua y dedicada a las telecomunicaciones.
En lo que concierne a las análogas, estas se conectan a un grabador de imagen digital o DVR (Digital Video Recorder). “Tienen un límite de entre 200 a 400 metros de distancia. Eso sí, la calidad de imagen es igual a las IP y ambas pueden mezclarse. La conexión a internet solo es necesaria, tanto en análogas como en IP, si se quiere visualizar la imagen en algún teléfono o aplicación”, pormenorizó el también ingeniero en telecomunicaciones.
En el caso de las análogas, el precio de las cámaras va entre los $10 mil a $50 mil. Mientras que el valor de las IP parte desde los $50 mil hasta los $150 mil. “Cada marca tiene su propio desarrollo de hardware y software. En el mercado los líderes son Hikvison y Dawa”, aseguró Yáñez.
Consejos de uso
Los sistemas y sus cámaras pueden ser instalados en cualquier lugar, como una casa, un departamento o una cabaña. Lo importante aquí es considerar factores como si estarán los dispositivos en la intemperie o si se quiere que pasen desapercibidos.
“El requisito básico es que haya electricidad. Luego, dependiendo del requerimiento, pueden instalarse paneles solares o baterías UPS para evitar que se apague el sistema. Estas últimas unidades las podemos encontrar desde los $200 mil y sirven para mantener los sistemas encendidos por una hora aproximadamente”, señaló Gustavo Yáñez.
“En términos funcionales, los dispositivos de domótica pueden realizar una variedad de tareas como: controlar el clima, encender y apagar las luces, ajustar el aire acondicionado, controlar los rollers o cortinas, entre muchos otros aspectos del hogar”, Raúl Sánchez, académico USS.
En lo que concierne al uso, el miembro de Telcored llamó a tener claro si finalidad de la instalación es para que no pasen personas o animales. “Nosotros sugerimos hacer un perímetro completo, porque hemos tenido casos que nos piden una cámara que solo apunte al portón o estacionamiento. El problema es que en una casa debe haber cuatro esquinas, como mínimo, protegidas. La idea es que no haya puntos ciegos”, resaltó el desarrollador de proyectos de telecomunicaciones y seguridad en Telcored.
Privacidad y notificaciones
Si lo que quieren las personas es cerciorarse de que su privacidad no está siendo violada, los equipo cuentan con perfiles similares a los servicios de streaming, facilitando el control y sus accesos. “Todos estos equipos tienen un usuario y contraseña para abrir la aplicación del teléfono. Si se quiere compartir la transmisión de una cámara, se puede especificar cuál, pero sin poder ver las grabaciones o mover la cámara, por ejemplo”, indicó Gustavo Yáñez.
Sobre las alertas y notificaciones, el ingeniero en Telecomunicaciones dijo que sus equipos permiten generar diferentes advertencias a través del teléfono o correo electrónico. Y, dependiendo de la infraestructura, alarmas y la posibilidad de trabar puertas o encender luces.
“Generalmente estas soluciones no están sincronizadas con Carabineros. Las que sí lo están son aquellas de pago mensual como ADT o Verisure. No obstante, creo que llamar a la policía no es una gran solución por el factor tiempo y porque a veces no tienen efectivos disponibles. Por eso, recomiendo complementar estos sistemas con vecinos o cercanos”, sugirió Yáñez.
Finalmente, el experto en redes de vigilancia aconsejó no instalar placas afuera de la casa para aparentar que están protegidas. “Eso no es un aporte, debido a que las encuentras en la feria. Eso es como el perro que ladra y no muerde, y lo importante es pegar el mordisco cuando alguien cruza el perímetro”, sentenció.