Su nombre es marca registrada. Después de más de cinco décadas dedicadas a la enseñanza de la danza en su academia, hoy tiene un nuevo hogar: la Corporación Cultural Artistas del Acero, que los acogió tras la pandemia.
Por Cecilia Día R.
– ¿Cuál fue su primer acercamiento a la danza?
– Fue a los seis años en Osorno, cuando se abrió la primera academia de danza clásica.
– ¿Quién fue y cómo recuerda a su primera maestra?
– Venía llegando desde Santiago y abrió su primera academia en el Hotel Burnier. Se llamaba Ruth Mery, era su nombre artístico, era muy joven, bonita y estricta, nos enderezaba las rodillas con una varilla.
– ¿Con qué juegos relaciona su infancia?
– Con mi hermana Irene, nos encantaba jugar al almacén y más adelante también andar en patines.
– ¿Cuál ha sido el sobrenombre más gracioso que le han dicho?
– Me lo puse yo misma. Escuchaba que solo las bailarinas rusas eran famosas, por lo que como a los 9 años decidí cambiarme de nombre y le decía a todo el mundo que me llamaba Juanucha Torofnova, sonaba bien ruso y yo me la creía. Más adelante mis amigos me han dicho J.T., Jane Bull, Jotita.
– En el colegio, ¿era matea?
– No me destaqué por ser muy matea, a diferencia de mi hermana que salió siempre con el primer lugar. Yo me destacaba por estar siempre arriba del escenario bailando, siendo locutora, cantando, tocando guitarra, haciendo imitaciones, fui de la farándula…. ja ja ja
– ¿Es muy autoexigente?
– Sí, con mi trabajo, me encanta llegar temprano, dedicarme al mil a mis alumnos, hacer lindas presentaciones, preocuparme del vestuario, de todo, me gusta que salga todo a la perfección.
– ¿Se sintió frustrada al tener que estudiar Educación y no dedicarse ciento por ciento a la danza?
– Al comienzo sí, me sentí frustrada, porque mi sueño de ser intérprete se esfumó cuando no me dejaron partir a Santiago, pero afortunadamente la vida me premió por mi trabajo en las escuelas. Fui muy feliz cuando pude unir mis dos amores, la danza y la educación.
– ¿Cuál es su obra de ballet preferida y por qué?
– Tengo varias que me gustan y disfruto mucho, pero me quedo con dos: El Lago de los Cisnes, por sus dificultades técnicas y lo hermoso que es ver todo un cuerpo de baile al unísono, además de la delicadeza de los movimientos tan dulces y etéreos. La segunda obra es una tradicional, pero que nunca pierde su magia, Cascanueces, cómo no disfrutar con cada aventura y la magia de una noche de Navidad.
Desafíos profesionales
– ¿Qué significó para usted iniciar su trayectoria en Tomé?
– Tomé me cambió la forma de ver la vida, aterrizar a un mundo desconocido, que aprendí a querer y conocer. Lo más importante de mi vida personal y profesional pasó en esta ciudad, me inicié como profesora de danza, me casé y tuve a mi única hija, María Soledad.
– ¿Cuál es su peor defecto?
– Tengo muchos, soy un poco celosa con mis amores, soy dispersa a veces, olvido las llaves, mis lentes, casi todo…. a veces soy demasiado trabajólica.
– ¿Qué virtud le ha ayudado a conseguir sus objetivos en la vida?
– No quedarme con las cosas negativas, dejarlas atrás. Tener paciencia, ser perseverante, trabajar duro, perfeccionarme mucho. Tener alegría en el corazón y fe en Dios, que nunca me abandona.
– ¿Qué música escucha?
– Mucha música clásica, me encanta Vivaldi, Bach. Me gustan Mon Laferte, Manuel García, Kevin Johansen y muchos otros, me gusta escuchar música en general.
– ¿Algún destino inolvidable? ¿Dónde, cuándo y con quién?
– Mi viaje a Suiza, Ginebra, a visitar a mi única hermana, qué hermoso viaje. También mi estadía en La Habana. A Suiza fui sola a juntarme con mi hermana, mi cuñado y sobrinos, fue muy especial tras muchos años. Recorrimos muchos lugares y me hicieron un gran regalo, me llevaron a ver el Prix de Laussane, la medalla de oro de la danza. A Cuba fui con mi hija y disfrutamos de conocer, pero también de aprender en la Escuela Alejo Carpentier.
– ¿Cuál ha sido el desafío profesional más relevante que ha debido asumir?
– Tratar de mantener mi academia y seguir adelante por 57 años. Traté de mantenerla de pie, pero desgraciadamente la tuve que cerrar y ese ha sido un dolor muy grande. La vida de los trabajadores del arte independientes es muy linda, pero a la vez es muy difícil. Afortunadamente pude mantenerme por esos largos años y asumir siempre nuevos desafíos, como ser escuela adjunta de la Escuela del Teatro Municipal de Santiago.
Abuela y bisabuela
– ¿Cómo se define como abuela y bisabuela?
– Orgullosa de mis nietos y bisnietos, soy una mujer afortunada, tuve solo una hija y hoy tengo cuatro nietos y dos bisnietos.
– ¿Hoy cuál es su máximo sueño?
– Ver crecer a mis niños. Si tengo alguna enfermedad poder pagarla. Seguir con mi mente buena, vivir cerca de mi familia que me entrega mucho amor y estar cerca de la danza el mayor tiempo que sea posible.
– ¿Qué objetivo quiere lograr a través de la danza?
– Puedes enseñar a vivir la vida con mayor alegría, ser disciplinado, ser solidario, mirar a los otros y compartir con ellos, la danza nos entrega muchos valores y acercamiento a todas las artes.
– ¿Con qué nos encontraremos después de la muerte?
– Espero que Dios y la Virgen María me estén esperando de la mano de aquellos que ya partieron, mi familia y mis amigos.