Diálogo

Helga Roggendorf Bödige, empresaria:“Soy chilena, hecha con tecnología alemana”

Heredera del pastelero más connotado de Concepción, hoy sigue la tradición familiar con su hermana, que dirige la sucursal de Santiago; su marido, Claudio Fariña, y su hijo, Javier. Su hija, Gabriela, es médico anestesista y trabaja en el Hospital Regional de Concepción hace dos años.   Cecilia Díaz R. – ¿Qué sabores y aromas le […]


Heredera del pastelero más connotado de Concepción, hoy sigue la tradición familiar con su hermana, que dirige la sucursal de Santiago; su marido, Claudio Fariña, y su hijo, Javier. Su hija, Gabriela, es médico anestesista y trabaja en el Hospital Regional de Concepción hace dos años.  

Cecilia Díaz R.

– ¿Qué sabores y aromas le evocan su infancia?

– El aroma a la vainilla y chocolate me transportan al pasado…

– ¿Cómo define la relación con su única hermana?

– Con Claudia tengo una relación muy cercana, además de hermanas, somos amigas.

– ¿Qué características heredó de su padre, don Hugo Roggendorf?

– Soy autoexigente y soy una persona muy positiva. Eso me ha ayudado mucho en la vida.

– ¿Qué enseñanza suya le ha permitido superar los inconvenientes de la vida?

– Soy una persona muy afortunada, he tenido padres maravillosos, marido excelente e hijos súper buenos. Pienso que el ser pragmática me ha ayudado a tomar buenas decisiones.

De la educación a los pasteles

– ¿De qué manera la marcó haber estudiado en el Colegio Alemán?

– El hecho de ser un colegio mixto y bilingüe fue maravilloso, además de que los 

profesores eran muy comprometidos, todos, los de habla alemana e hispana.

– ¿Qué tipo de estudiante era en el colegio? ¿Introvertida? ¿Líder?

– Era más bien introvertida.

– ¿Por qué decidió estudiar Educación?

– Estudié Educación Diferencial en la Universidad de Concepción, me encantaba todo lo relacionado con la psicología.

– ¿Pensó dedicarse a su profesión y no sumarse a la empresa familiar?

– Esa era mi idea por lo que elegí estudiar esa carrera, pero las cosas en la vida se presentan de diferentes formas. Haberme quedado en la empresa fue lo más lindo que pude haber hecho.

– ¿Cuál ha sido la clave para mantener el legado de su padre?

– El cariño y amor que nos transmitieron mis padres por el negocio fueron fundamentales y para estos negocios hay que tener mucha perseverancia.

Su paso por Alemania

– ¿Cuál es el producto más emblemático que ofrecen?

– Los más típicos y emblemáticos son strudel, selva negra, bienenstich, berlines y uff,

podría seguir y seguir

– ¿Cuál es la clave para reconocer un buen chocolate?

– Se nota inmediatamente en el aroma y en cómo se derrite en la boca, además de su aspecto.

– ¿Qué lecciones le dejó su formación en repostería en Alemania? ¿Dónde se capacitó?

– Con mi marido estuvimos en el año 1988 en Düsseldorf, Konditorei Heinemann, una muy prestigiosa pastelería en esa zona, que fue la “competencia” del salón de té que tenían mis abuelos paternos. Estuvimos seis meses en la fábrica y a mí me dieron la oportunidad de trabajar en todas las sucursales. ¡Esto nos aportó muchísimo!

Familia y trabajo

– ¿Qué ventajas y desventajas tiene trabajar con la familia?

– Nosotros hemos tenido una muy buena experiencia, nos hemos llevado bien, aunque a veces no es tan fácil.  Hay que saber separar las cosas. 

– ¿Se lleva los problemas del trabajo a la casa?

– Dependiendo de la magnitud, pero en general trato de no hacerlo. No es sano, hay que saber desconectarse.

– ¿Cómo asumió el nacimiento de su nieta?

– Nuestra nieta, Emma, es una de las cosas más lindas que nos ha pasado, lamentablemente ella se encuentra físicamente lejos. Ahora tiene siete años y esperamos ansiosos su visita.

– ¿Se siente más chilena o alemana?

– Es una mezcla bien particular, la mayoría de las veces mucho más chilena. Me quedo con un dicho: “soy chilena, hecha con tecnología alemana”.

Libros y viajes

– ¿Qué libro es un imprescindible en su vida?

– “La buena tierra”, de Pearl Buck; “La insoportable levedad del ser”, de Milan Kundera, y “Cartas desde Dubai”, de Asunta López.

– ¿Le gusta viajar? ¿Cuál es su destino favorito? ¿Por qué?

– ¡Me encanta viajar! Europa para mí es lo máximo y siempre fascinante y diferente, es inagotable. Y el último viaje con mi marido a Puerto Natales y Torres del Paine me fascinó.

– ¿Tiene algún desafío pendiente?

– Mi desafío es seguir llevando mi vida tal como la he llevado hasta ahora, esto es un desafío.

– ¿Qué cosas la hacen feliz?

– Me hace muy feliz cuando veo a toda mi familia bien, sana y contenta.

– ¿Con qué nos encontraremos después de la muerte?

– Yo tengo mi pensamiento que puede que no todos lo acepten, pero creo que la vida es ésta y después no hay nada, por lo tanto, hay que hacer las cosas buenas aquí y ahora… Lo demás será recuerdos y energías.