Redacción Diálogo
La escultura Venus de Milo, también conocida como la Afrodita de Milos (diosa del amor y la belleza), es una obra griega fechada en el período helenístico, aunque su estilo se corresponde con la estética predominante del período clásico. Fue descubierta en el año 1820 en la isla de Melos o Milo, de donde proviene su nombre. Actualmente se encuentra en el Museo del Louvre, y junto con La Gioconda y la Victoria de Samotracia, es una de las tres grandes damas del museo francés.
La estatua representa a una mujer con el torso desnudo, el cabello recogido y con un vestido ceñido a la cintura que cubre el pubis y sus extremidades inferiores. Salta a la vista el hecho de que la pieza perdió los brazos. La obra muestra la maestría del artista que la creó. Su elaboración ha debido tener lugar entre los años 130 y 100 a.C., años correspondientes al período helenístico. Sin embargo, deliberadamente el artista ha asumido los rasgos del estilo clásico del siglo V a.C. Veamos cuáles.
Hecha de mármol blanco, mide 211 centímetros de alto y pesa 900 kilos, lo que subraya su monumentalidad. Para Occidente, la Venus de Milo es un paradigma de belleza ideal. Ella encarna los valores de proporción, equilibrio y simetría que modelan nuestra cultura estética desde la antigüedad.
Los expertos estiman que la estatua fue esculpida en en el año 100 AC. También afirman, debido a la presencia de unos agujeros de fijación, que la diosa estaba originalmente adornada con joyas. En cuanto a sus brazos, todavía al día de hoy no se han vuelto a encontrar.
Existen varias interpretaciones sobre el significado de la Venus de Milo. Muchas tienen que ver con las especulaciones sobre su posible emplazamiento original, la posición de los brazos ausentes (que pudieron estar extendidos hacia Cupido), o el hecho de que esta portara en sus manos un atributo como la manzana.