Dr. Marcelo Careaga Butter
Profesor Titular, Facultad de Educación, UCSC
La Inteligencia Artificial (IA) proviene de tecnologías desarrolladas desde hace mucho tiempo. En 1936, Alan Turing, propuso la máquina de Turing, que era un modelo teórico para formalizar cómputos y comprender los límites del cálculo mediante algoritmos. Desde 1950 en adelante, los científicos de la computación comenzaron a investigar y desarrollar máquinas inteligentes capaces de resolver problemas complejos pensando como seres humanos.
Claude Shannon, construyó Theseus, un ratón controlado a distancia que podía encontrar su camino en un laberinto y recordar su recorrido. En los ’60, se produjeron avances en aprendizaje automático y redes neuronales. En los ’70, la IA experimentó un período de relativo estancamiento, donde los expertos solamente avanzaron en lógica difusa y sistemas expertos. En los ’80, hubo un resurgimiento de la IA desarrollando aprendizaje simbólico y el conocimiento basado en reglas. Los sistemas expertos comenzaron a ser aplicados en disciplinas como la ingeniería y la medicina. Desde la década de 1990, las investigaciones y desarrollos de la IA se centraron en el aprendizaje automático, la minería de datos y las redes neuronales profundas.
Tecnología transversal
La IA es una tecnología que es parte de una transición cultural disruptiva, caracterizada por rápidos avances en innovación científica y tecnológica que están provocando cambios bruscos en la sociedad humana. Es transversal a otras tecnologías que la utilizan, tales como la robótica; la nanotecnología; la biología sintética, ingeniería de tejidos y laboratorios de sistemas complejos; la telemedicina y la telesalud; la realidad aumentada; las redes neuronales artificiales; el procesamiento natural del lenguaje; las ciudades inteligentes; los vehículos autónomos; las Impresión 3D y 4D; la Domótica, entre otras aplicaciones que operan hoy y se proyectan hacia el futuro cercano, provocando una modificación profunda en las formas de vida del hombre y en la fisonomía del mundo en las próximas dos décadas.
De manera sintetizada la IA se puede describir como una tecnología capaz de crear sistemas y programas basados en algoritmos que pueden administrar datos masivos (bigdata) para imitar y realizar tareas que requieren de inteligencia humana, ejecutándolas con mayor rapidez y eficacia que los propios seres humanos.
De manera sintetizada la IA se puede describir como una tecnología capaz de crear sistemas y programas basados en algoritmos que pueden administrar datos masivos para imitar y realizar tareas que requieren de inteligencia humana.
Actualmente, la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), es una tecnología disruptiva capaz de generar contenidos originales. Está provocado cambios bruscos en el comportamiento humano, masificándose rápidamente su uso para resolver problemas, aumentando el “asegurar la eficacia de la acción”. La IAG, es una rama de la inteligencia artificial que utiliza redes neuronales avanzadas y algoritmos de aprendizaje automático para producir nuevo contenido que imita la creatividad humana. Se enfoca en la capacidad automatizada de generar contenidos originales a partir del procesamiento de datos existentes, gestionando ideas y recursos teóricos y/o prácticos tales como conversaciones, historias, imágenes, videos y música.
Impacto en la educación
Este contexto de cambios desafiantes, la IA impacta con demandas emergentes en educación. En primer lugar, el comportamiento del conocimiento ha cambiado definitivamente. Se deben hacer esfuerzos para traspasar la frontera que existe entre administrar información, que consiste en acceder y representar datos, y gestionar conocimiento, que consiste en representar ideas o experiencias prácticas mediadas por algún lenguaje para hacerlas transferibles.
Por otro lado, implica también importantes desafíos curriculares: ir desde la formación de productores de bienes y servicios a una formación de ciudadanos y gestores culturales. Complementar el currículo situado (aula tradicional) con un currículo mixto distribuido (aprendizaje virtual).
Se transita desde el rol del profesor como filtro cognitivo a una pedagogía horizontal, participativa, autorregulada y más autónoma. Modificar la pedagogía racionalista-académica por una pedagogía conectivista y de coasociación.
En cuanto a los desafíos pedagógicos, se transita desde el rol del profesor como filtro cognitivo a una pedagogía horizontal, participativa, autorregulada y más autónoma. Modificar la pedagogía racionalista-académica por una pedagogía conectivista y de coasociación, estos enfoques implican el desarrollo de nuevas habilidades en los estudiantes, tales como: autonomía en el aprendizaje, personalización (sentido de lo que se aprende), capacidad de reflexión, comunicación efectiva, metacognición (qué, cómo, para qué se aprende), fomento de la creatividad/innovación/emprendimiento, desarrollo del pensamiento crítico, entre otros.
Por último, conlleva desafíos éticos y morales: en estos ambientes se mantiene permanente el ejercicio de valores y principios que debemos cautelar, tales como: la verdad, la libertad, la autenticidad, el respeto, la honestidad, la integridad, la responsabilidad, entre otros, y las conductas humanas mediadas por IA deben respetar las normas, que son prácticas aceptadas culturalmente que guían de manera específica las acciones; y las mores, que son otro tipo de normas que se rigen por el sentido del bien y del mal.
La educación desarrollada en contextos de aprendizaje mediados por IAG, se debería orientar desde un repensar el conocimiento, el currículo y la pedagogía, utilizándola con eticidad, en base a conductas guiadas por valores y por normas conocidas y respetadas por docentes y estudiantes.