¿Leemos poco o leemos distinto?

Las pruebas internacionales que miden la comprensión de lectura, no solo muestran que el promedio en Chile es más bajo que el promedio de los países de la OCDE, sino también que van en descenso y que equivalen a haber retrocedido unos 15 años. ¿Tan mal estamos?


Por Carolina Astudillo M.

Dijo el escritor y ensayista José Saramago, premio Nobel de Literatura en 1998, que “la lectura no es ninguna obligación. La lectura es una devoción, es una pasión, es un amor”. Para quienes la lectura no sólo es un hábito sino también ese amor -aprendido y fomentado seguramente en casa de la mano de un ser querido-, ver año a año la publicación de los resultados de las pruebas PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes en su sigla en inglés) podría ser desalentador, y hacerles sentir como un Quijote en una campaña difícil.

Si bien los resultados PISA de 2022 mostraron una baja a nivel global, Chile sigue estando por debajo del promedio OCDE. Desde 2015 ha tenido resultados descendentes en comprensión de lectura, y las cifras de la última prueba son equivalente a haber retrocedido hasta 2009, y, de acuerdo a lo que mide, un tercio de los jóvenes chilenos no tiene las habilidades básicas para comprender un texto, y desenvolverse de manera eficaz en la sociedad. Un escenario sombrío, sin embargo, próximos a celebrar el Día Internacional del Libro y el Derecho de Autor, el martes 23 de abril, dos expertos en estas materias dan luz desde sus realidades con una perspectiva más optimista.

¿Las pruebas miden lo que hoy se lee?

La prueba PISA en comprensión lectora busca medir no tanto si el estudiante lee o cuánto lee. Más bien pone el foco en la capacidad para identificar ideas y argumentos en distintos tipos de textos y contextos. Estas son algunas de las habilidades básicas para desenvolverse en una sociedad “logo céntrica”, basada en el lenguaje escrito.

Es en la comprensión de estos textos y contextos donde parecemos disminuir nuestras habilidades. Pero quizás hay aspectos que están quedando ignorados en la evaluación, como lo explica la Dra. Mónica Tapia, académica y Directora del Centro de Investigación en Educación y Desarrollo (CIEDE) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.

“Cuando se dice que ‘no se comprende’, es sobre los textos continuos y extensos, que requieren de una demanda cognitiva, de un tiempo de foco mucho mayor. Una persona adulta posiblemente podría tener un buen resultado en estas pruebas, pero seguramente le costaría adoptar las nuevas prácticas y comprender la lectura en las nuevas plataformas”

Dra. Mónica Tapia, Académica Facultad de Educación UCSC.

“Cuando se ha medido la prueba PISA, se hace con textos continuos, complejos, extensos y bastante convencionales hasta donde conozco. Por otro lado, las prácticas de lectura de las personas en general, han sufrido cambios. Los actuales lectores están leyendo en más plataformas, en el celular, en cápsulas y textos mucho más pequeños. No sería tan categórica en la situación, pues si bien las cifras han ido a la baja, estas pruebas no están midiendo las otras maneras de leer, y no sabemos mucho sobre ese nivel de comprensión lectora en pantallas, en textos breves”.

Este cambio es observado por especialistas. Boris Márquez, Director de la Biblioteca Municipal de Concepción, señala que a pesar de que las pruebas sobre comprensión lectora no evolucionan positivamente en educación, la Biblioteca ha vivido un desarrollo positivo en el incremento de socios y en los préstamos de literatura, especialmente en una generación joven que lee sagas y literatura juvenil como mangas y comic, registrando visitas de cerca de 22 mil personas al mes. Y así como han evolucionado las prácticas de lectura en las generaciones, también han ido adaptándose a los nuevos formatos: “efectivamente hemos reforzado nuestra colección patrimonial, y se ha digitalizado. Gracias al apoyo del archivo histórico se han generado nuevos contenidos, que están disponibles en un gran porcentaje en forma digital. También hemos digitalizado los contenidos de las actividades de la Biblioteca, como lanzamiento de libros o charlas, todo esto desde la pandemia, adelantando nuestros procesos y sumando nuevos formatos de libros, con el apoyo de editoriales locales, y la alianza bajo el amparo de la Biblioteca Digital, que tiene miles de libros para todos los vecinos2.

La Dra. Tapia es también testigo en las aulas universitarias de estudiantes que leen bastante, pero cosas distintas. A su juicio los jóvenes no solo leen libros continuos, leen mucho más que los adultos cuando tenían su misma edad, pero a través de plataformas distintas como whatsapp o Instagram. Por ello, detalla, “cuando se dice que ‘no se comprende’, es sobre los textos continuos y extensos, que requieren de una demanda cognitiva, de un tiempo de foco mucho mayor. Una persona adulta posiblemente podría tener un buen resultado en estas pruebas, pero seguramente le costaría adoptar las nuevas prácticas y comprender la lectura en las nuevas plataformas” algo que además, no está estudiado, “y creo que hay un relativo sesgo. (Según estas pruebas), los estudiantes no leen o no comprenden, pero estamos a hablando de cierto tipo de escritura”.

Noticias falsas: lo que uno quiere comprender

Además de esas nuevas prácticas de lectura que no se estarían evaluando en las pruebas, la Dra. Tapia suma un fenómeno que podría estar influyendo también en nuestra real comprensión lectora: las noticias falsas y cómo estas se hacen virales, incluso en personas con un alto nivel educativo.

A modo de ejemplo, durante la pandemia, las personas que no creen en las vacunas, o que creen en teorías de la conspiración que no tienen sustento científico serio, fueron eco de diversas fake news sobre el origen del Covid-19, o el efecto de las vacunas, ignorando los informes diarios sobre la realidad de la enfermedad. Mónica Tapia indica que aquí aparece un factor más subjetivo, más allá de la capacidad cognitiva, que es la “’voluntad de creer’: Un texto puede estar muy bien fundamentado, empíricamente bien diseñado, pero parece que la comprensión también tiene que ver con lo que yo quiero creer. Si no quiero creer en algo, por muy bien escrito que esté, no lo creo. Esto explica por qué ñas ‘Fake News’ se han hecho tan populares, y hablamos incluso de personas altamente letradas, que creen cosas que no están fundamentadas”.

La importancia de leer y comprender

Estamos inmersos en una sociedad logro céntrica: la escritura nos organiza como sociedad. Para comprender a la sociedad es importante saber leer. “No promover la lectura o promoverla mal, es quitar a las personas las oportunidades para circular en el mundo social” enfatizó la Directora del CIEDE UCSC.

Todos deben recordar como aprendieron a leer. Letra por letra, formando palabras básicas, imaginando el concepto que se iba descubriendo: casa, mamá, papá. “La importancia de leer es porque la lectura desarrolla habilidades cognitivas y transporta a mundos. Leer un libro continuo genera disciplina, un tiempo, foco, y eso ayuda a la mente, la transporta a imaginar, y eso la revitaliza y le genera paz” expresa la académica. Recordando lo que decía Saramago, esta actividad no es obligación – pero se debe fomentar desde la primera infancia, como un hábito, desde el momento en que los niños pueden escuchar la lectura de un libro por parte de un adulto. “Esa práctica nace en la familia, y pasa como con el deporte. Además, hay que leer y saber qué se está leyendo. Hay que desarrollar un discernimiento, para debatir sobre ello, y eso es una práctica de lectura a nivel social. De esta manera no se trata solo del control de lectura, sino de dialogar y debatir sobre ella, cómo afecta, que se entiende de la realidad, confrontar textos de distintas fuentes, para vencer esa voluntad de creer cosas que no corresponden”.

Según un estudio de Ipsos el 76% de los encuestados –que tenían entre 13 y 75 años- dijo que mínimo 2 o 3 veces a la semana –si no más-, destinaba al menos 15 minutos diarios para leer (diarios, libros, revistas, comics u otro material de lectura).

Mónica Tapia, considerando la evolución de las prácticas y la exposición a información falsa, señala que no solo es importante seguir desarrollando capacidades cognitivas, sino también otros aspectos vitales: la voluntad, la capacidad crítica, “tener una ética y una integridad que se corresponda con lo que leo, creo y entiendo, para que no se cruce el deseo de querer creer ciertas cosas”, como también tender puentes entre las distintas prácticas letradas que tienen los estudiantes, para encaminarla  a la lectura de textos complejos, pero sin subestimarla.

Fomentar la lectura y la edición

A pesar de las bajas cifras en comprensión de lectura, según un estudio de Ipsos el 76% de los encuestados –que tenían entre 13 y 75 años- dijo que mínimo 2 o 3 veces a la semana –si no más-, destinaba al menos 15 minutos diarios para leer (diarios, libros, revistas, comics u otro material de lectura). Por ello, lo que hacen las editoriales puede contribuir a ampliar el acceso a los textos.

Boris Márquez detalla que, según un estudio de 2023 de la Cámara Chilena del Libro, cerca del 80% de los libros que se editan en Chile, se hacen en la Región Metropolitana. No obstante, se han fortalecido las ediciones locales y el surgimiento de editoriales de nicho, dedicadas a temas como arquitectura, o aquellas que son de tipo digital, de bajo tiraje. “Hoy hay una gran variedad de temas y autores, y eso se debe celebrar”.

El Director de la biblioteca penquista indica que se han creado círculos virtuosos. “En el ámbito del fomento del libro, la región tiene una política del libro regional, y se han unido editoriales y casas de estudio para crear ferias, fomentando la lectura y el ecosistema del libro en nuestra región. Sin duda que la cultura se ve promovida en este énfasis con lanzamientos, talleres de escritura, profundización de temas, y fomento a autoras y autores regionales”.

En resumen, el desafío está en conocer cómo comprendemos los textos en el contexto de las nuevas prácticas de lectura, y aprovechar las oportunidades que abren las editoriales locales y las redes para que la creciente diversidad de estilos, formatos, temas, autoras y autores, contribuyan a sembrar ese amor por la lectura, que abre en nuestras mentes la creatividad y el descubrimiento.