El rendimiento escolar mejora en un ambiente sano y participativo

Expertos abordan los factores que inciden en el rendimiento escolar. Mencionan la convivencia escolar, la participación de los padres en el proceso educativo de sus hijos, y el uso y conocimiento de las tecnologías de la información, entre otros aspectos. Agregan la gestión del estrés de los docentes y su constante capacitación como otras de las variables.


Por Matías Sánchez V.

Los resultados de pruebas estandarizadas como la Prueba de Selección Universitaria (PSU) o la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) han evidenciado las brechas entre los estudiantes de colegios públicos y privados. Ante ese panorama, es necesario comprender las estrategias que se están tomando para revertir la situación y los factores que influyen en el desempeño académico estudiantil como: convivencia escolar, participación de los padres, acceso a la tecnología, capacitación de los docentes, entre otros.

Jesús Soto Verdugo, director del Magíster en Alta Dirección y Gestión de Instituciones Educacionales de la U. San Sebastián, destaca la Política de Reactivación Educativa del Ministerio de Educación (Mineduc) como una estrategia clave para mejorar el rendimiento escolar. “Con fuertes ejes en la convivencia escolar y la mejora de los aprendizajes, esta orientación ministerial puede ser llevada a cabo en los colegios de acuerdo a su contexto”, expresa.

Por su parte, Marielys Navarro Gallo, fundadora y CEO de Edumokia, plataforma educacional enfocada en gestionar el clima escolar, enfatiza la importancia que ha adquirido con los años la convivencia estudiantil en el rendimiento académico. “Ahora no solo se evalúa el rendimiento académico y los aprendizajes de las clases de Matemática o Lenguaje, por ejemplo. También, ha ganado relevancia la evaluación de indicadores de desarrollo personal y emocional”, afirma.

Agrega: “En la medida en que los estudiantes se sientan seguros y tengan buenas relaciones dentro de un contexto escolar, su potencial intelectual va a poder desarrollarse y expandirse. En caso contrario, el aprendizaje suele bloquearse en entornos escolares negativos”.

Otra variable esencial que mejora en el rendimiento estudiantil es el trabajo coordinado de los miembros de un establecimiento educacional. “Lo principal es el trabajo colaborativo entre colegas, equipo directivo, miembros del Programa de Integración Escolar (PIE) y psicólogos. También, los Aprendizajes Basados en Proyectos son otra estrategia que promueven el trabajo conjunto entre profesores de distintas asignaturas para lograr conseguir objetivos comunes”, menciona Ignacio Cheuquepán Bahamondes, diplomado en Innovación en Liderazgo Educativo.

Participación parental

Pero más allá del aula o de las directrices ministeriales, la participación activa de padres y madres en la educación de los estudiantes es crucial para su desarrollo académico. Sin embargo, los expertos afirman que sigue siendo un desafío involucrar a apoderados de estratos sociales más bajos en actividades que impacten en el aprendizaje de sus hijos.

“Desde siempre ha sido un desafío invitar a los padres y a las comunidades en la labor educativa. Diariamente, se hacen muchos esfuerzos en los colegios de Chile para lograr esa participación. Por eso, el desafío de hoy, en pro de mejorar los aprendizajes de los estudiantes, es incorporarlos activamente en los procesos de enseñanza”, dice el también máster en Gestión Educacional Jesús Soto.

“En la medida en que los estudiantes se sientan seguros y tengan buenas relaciones dentro de un contexto escolar, su potencial intelectual va a poder desarrollarse y expandirse. En caso contrario, el aprendizaje suele bloquearse en entornos escolares negativos”.

Marielys Navarro, Fundadora y CEO de Edumokia.

Misma idea sostiene el también ingeniero industrial Ignacio Cheuquepán, quien enfatiza en lo fundamental que es vincular a las familias con las actividades del establecimiento educacional. “Es importante que acudan para mostrarles lo que están haciendo sus hijos, cómo están aprendiendo y con quién están trabajando”, opina.

“Los padres y las madres tienen un rol clave a la hora de contribuir al bienestar emocional y al éxito académico de los estudiantes. Pero es importante que se definan adecuadamente los alcances y niveles de influencia que tendrán los apoderados en el proyecto educativo de las escuelas”, manifiesta la también diplomada en Educación Emocional, Marielys Navarro.

Brechas socioeconómicas

En colegios con mayores índices de vulnerabilidad, es habitual que la mayoría de los apoderados no participen activamente en actividades que repercuten en la educación de sus hijos como las reuniones de padres y apoderados. Dicha situación se puede deber a factores como alta carga laboral, desinterés o problemas en los integrantes de la familia como, por ejemplo, alcoholismo o drogadicción.

De acuerdo al nivel socioeconómico de las familias, las diferencias en capital cultural entre ricos y pobres tienden a afectar el rendimiento escolar de niños y jóvenes. “Es un desafío permanente de la política pública y de todas las comunidades escolares acortar las brechas de rendimiento entre los más afortunados financieramente y los que tienen menos”, señala el magíster en Desarrollo Curricular y Proyectos Educativos, Jesús Soto.

“Lo principal es el trabajo colaborativo entre colegas, equipo directivo, miembros del Programa de Integración Escolar (PIE) y psicólogos. También, los Aprendizajes Basados en Proyectos son otra estrategia que promueven el trabajo conjunto entre profesores de distintas asignaturas para lograr conseguir objetivos comunes”

Ignacio Cheuquepán, diplomado en Innovación en Liderazgo Educativo.

“Mientras que del lado de los estudiantes pueden existir factores emocionales como la desmotivación y la baja autoestima, los cuales reducen la disposición al aprendizaje. También, pueden haber factores familiares asociados a contextos socioeconómicos conflictivos y situaciones de vulneración como, por ejemplo, el consumo de sustancias”, dice la posgrado en Coaching y Liderazgo en Equipos Marielys Navarro.

Estas diferencias también afectan el acceso y uso de las Tecnologías de la Información y Conocimiento (TIC) que puedan tener los escolares. Por ejemplo, si padres de estratos sociales más bajos no saben utilizar la aplicación Gmail, difícilmente podría saberlo un joven de origen vulnerable.

Enseñanza acorde al contexto

Los expertos concuerdan en que las tecnologías juegan un rol, pero su enseñanza debe estar acorde al conocimiento de los estudiantes. Si bien la mayoría de los escolares sabe usar su celular, no todos tienen acceso a un computador, limitando su desempeño en tareas que implican usar estos dispositivos. A su vez, pueden presentar deficiencias en habilidades como la redacción, creando una brecha aún mayor en el conocimiento y uso de las TIC.

Según el profesor Ignacio Cheuquepán, para que los estudiantes aprovechen los beneficios de la tecnología en el aula, primero deben saber comunicarse de manera asertiva, y seguir y comprender las instrucciones que les da el profesor en el aula. “Las tecnologías juegan un rol fundamental, pero primero debemos ayudar a que los estudiantes tengan una base que les permita utilizarlas de manera efectiva”, señala.

“Es necesario incorporar en los procesos de aprendizaje la realidad en la que están inmersos nuestros niños y jóvenes”, puntualiza el diplomado en Diseño Curricular y Metodologías de los Aprendizajes Jesús Soto.

Agrega que, para lograrlo, se deben actualizar los métodos que utilizan los profesores. “Desde hace tiempo, existe el consenso que no debemos enseñar conocimiento solamente, sino cómo encontrarlo, gestionarlo, seleccionarlo y utilizarlo. No se puede lograr sin actualizar nuestros métodos”, enfatiza Soto.

En resumen, mejorar el rendimiento escolar depende de un trabajo colaborativo de todos los miembros de una comunidad escolar, es decir, padres, profesores, estudiantes, directivos, psicólogos y funcionarios de un establecimiento educacional. Además, no solo deben considerarse el desarrollo académico, sino que también el emocional. Para ello, es necesario abordar las brechas socioeconómicas y garantizar un acceso equitativo a las Tecnologías de la Información y el Conocimiento.

“Entornos favorables escolares”

Marielys Navarro, fundadora y CEO de Edumokia, destaca seis pilares que mejoran el ambiente escolar y, en consecuencia, el rendimiento académico de los estudiantes.

  • El rol del docente como facilitador de competencias emocionales.
  • La definición de reglas claras de comportamiento y resolución de conflictos.
  • La capacitación del docente en competencias socioemocionales.
  • La gestión del estrés del cuerpo docente por parte de los equipos directivos.
  • La comunicación efectiva sobre el bienestar docente.
  • La importancia del espacio físico en la escuela, priorizando espacios abiertos y limpios adaptados a las necesidades de los estudiantes.