Son emocionantes los testimonios que se recogen al escuchar a los peregrinos, verdaderamente han visto cómo Dios se les manifestó en medio de la enfermedad, el deseo de engendrar un hijo, la falta de trabajo, el sueño de una carrera técnica o profesional, la presencia de Dios en medio de los grandes sufrimientos de la vida, entre otros.
El jueves 11 de enero se inició la novena de San Sebastián de Yumbel que culminará el próximo sábado, con la fiesta del 20. Cientos de miles de personas peregrinarán hasta Yumbel provenientes de todo Chile, incluso muchos vienen del extranjero. Son innumerables las familias, los jóvenes, adultos y personas mayores que participan vivamente de esta festividad. Gracias a Dios esta tradición se transmite de generación en generación. Recuerdo en una oportunidad haber consultado a los peregrinos presentes en la celebración de la última misa desde cuánto tiempo venían a Yumbel, partí por diez años, luego de diez en diez…el último recuento que recuerdo fue de unos abuelitos que gritaban a viva voz: ¡90 años!
El Santuario y Yumbel se preparan para vivir una profunda experiencia de fe que se manifiesta a través de distintas expresiones como la peregrinación, la celebración de la misa, la confesión, las bendiciones, las ofrendas votivas y diversos testimonios que, en definitiva, dan cuenta del reconocimiento creyente de los sencillos de corazón que agradecen con amor filial la intervención salvadora de Dios en sus vidas, por intercesión del Santo Patrono. Son emocionantes los testimonios que se recogen al escuchar a los peregrinos, verdaderamente han visto cómo Dios se les manifestó en medio de la enfermedad, el deseo de engendrar un hijo, la falta de trabajo, el sueño de una carrera técnica o profesional, la presencia de Dios en medio de los grandes sufrimientos de la vida, entre otros. Pienso que todo católico debería participar de la fiesta de San Sebastián, conocer la maravilla de la piedad popular y contemplar este acontecimiento con los ojos de la fe.
El Santuario de San Sebastián se ha transformado con el correr de los siglos (existen testimonios desde 1663) en un verdadero pulmón espiritual, que llena de aire renovador la vida de nuestra Iglesia de Concepción y de todo Chile. Desde este Santuario, como de tantos otros que existen en nuestro país, pueden surgir cambios positivos para toda la sociedad por la promoción y el cultivo de los valores del Evangelio que la Piedad Popular puede impregnar en la cultura, generando un tejido de sabiduría popular tan necesario para estos tiempos. El Papa Francisco ha sido un gran promotor del reconocimiento de la Piedad Popular, en su Exhortación post sinodal Evangelii Gaudium señala que es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia, y una forma de ser misioneros; conlleva la gracia de la misionariedad, del salir de sí y del peregrinar: El caminar juntos hacia los santuarios y el participar en otras manifestaciones de la piedad popular, también llevando a los hijos o invitando a otros, es en sí mismo un gesto evangelizador (EG 124).