El 20 de enero es la fecha de San Sebastián, que en Yumbel, recibe a centenares de miles de fieles para mostrar su devoción.
Por Carolina Astudillo M.
El 20 de enero es una de las fechas religiosas con las actividades más multitudinarias del año. Después de la Virgen de Lo Vásquez, San Sebastián en Yumbel, es la segunda peregrinación con reúne más fieles en Chile.
¿Por qué esta devoción? ¿Qué significa pedirle “una manda” al Santo que además tiene fama de “cobrador”? ¿Quién era Sebastián?
La vida que lo convirtió en Santo
Era la época de los emperadores en Roma. Conocidos por consultar a la diversidad de dioses en sus oráculos, y por mantener una marcada diferencia con la plebe o sus ejércitos, difícilmente iban a convivir con miembros de la plebe que defendieran un monoteísmo.
Sebastián, nació en el año 256 en medio de una familia de militares nobles, en Narbona -una ciudad al Sur de Francia-, y se educó en Milán (Italia). Fue militar romano, no obstante, y en secreto, realizaba su apostolado con amigos y familia, practicaba la caridad y llevó a muchos de sus conocidos a convertirse al cristianismo. Viviendo en una época de persecución, es probable que al ser testigo del martirio que sufrían otros cristianos, se sensibilizó ante el padecimiento de sus pares.
Siendo militar no practicaba los actos de adoración a dioses, pero sí cumplía con rigor la disciplina militar. Fue así que contó con el respeto y apoyo del emperador Diocleciano, quien, sin saber que era cristiano, llegó a nombrarlo jefe de la primera cohorte de la guardia pretoriana imperial. Sebastián aprovechó así su cargo militar para proteger y ayudar a muchos cristianos perseguidos.
Su noble propósito tuvo final. Quizás traicionado, fue denunciado ante Maximiano -que en el año 286 gobernaba Roma junto al emperador Diocleciano-, haciéndole ver que su militar Sebastián, no adoraba a los dioses romanos. Ante los hechos, la autoridad le hizo elegir entre dos cosas que entonces eran incompatibles: o era soldado romano, o era cristiano.
Los españoles trajeron la devoción a San Sebastián, y en el siglo XVII, tenían su figura hecha de madera de cedro, de 73 cm de alto, en la ciudad de Chillán. Tras el ataque del toqui Butapichún a esa ciudad en 1655, los ibéricos trasladaron la imagen del santo a las cercanías de Yumbel con el fin de protegerlo.
Sebastián no renunció al cristianismo, y sería soldado de Cristo. lo que fue tomado como un desafiante desaire al emperador. Este no solo le quitó su rango militar, sino que también ordenó torturarlo y ejecutarlo. Según algunas versiones, lo llevaron hasta un estadio, donde, atado a un poste, fue acribillado a flechazos por arqueros mauritanos. Habría sido curado por Santa Irene y, recuperado, continuó su apostolado y encaró al Emperador por la persecución a los cristianos. Finalmente, esto le llevaría a ser asesinado a garrotazos.
Un grupo de cristianos recuperó su cuerpo, que fue sepultado en las catacumbas de la Vía Apia, en Roma. Sobre ella, se construyó una basílica en el año 367. Pasarían más de mil años, hasta 1611, cuando el cardenal Scipio Borghese ordenó la construcción de la iglesia actual, en Roma. Sus reliquias, en tanto, fueron llevadas, en el 826, a la iglesia de San Medardo, en Soissons.
Según algunas versiones, llevaron a Sebastián hasta un estadio, donde, atado a un poste, fue acribillado a flechazos por arqueros mauritanos. Habría sido curado por Santa Irene y, recuperado, continuó su apostolado y encaró al Emperador por la persecución a los cristianos. Finalmente, esto le llevaría a ser asesinado a garrotazos.
El culto
Tras conocer su historia, se puede desprender de que el culto a San Sebastián es muy antiguo, y se le considera Santo y mártir de la Iglesia, desde antes de que existiera el proceso de canonización. Los fieles hacen mandas, pidiendo al santo que actúe principalmente contra la peste y contra los enemigos de la religión.
Respuestas famosas a la oración por su protección contra las epidemias son contadas en Roma en 680, en Milán en 1575 y en Lisboa en 1599. Su fiesta se celebra el 20 de enero. Se le conoce como un santo cumplidor, pero también muy cobrador.
Y desde el Sur de Europa, su fama se extendió. Los españoles trajeron la devoción a San Sebastián, y en el siglo XVII, tenían su figura hecha de madera de cedro, de 73 cm de alto, en la ciudad de Chillán. Tras el ataque del toqui Butapichún a esa ciudad en 1655, los ibéricos trasladaron la imagen del santo a las cercanías de Yumbel con el fin de protegerlo. Según algunos relatos, la figura fue encontrada en medio del campo, y la trasladaron a la plaza de Yumbel, lugar de donde eran las personas que la habrían descubierto.
Los registros de peregrinaciones están fechados en 1878, con personas que llegaban de todo Chile. En el año 1859 se termina de construir el templo Santuario de San Sebastián. La fecha de su santoral, el 20 de enero -y 20 de marzo, el “20 chico”-, convoca a centenares de miles de personas para ir a “pagar” al Santo por interceder y responder a sus súplicas. En esas fechas las actividades litúrgicas consideran el rezo del Rosario, el sacramento de la penitencia, y misas durante todo el día, junto a la procesión por la ciudad.
La imagen del Santo
Los registros más antiguos dedicados al santo, datarían del siglo VII, en mosaicos donde se observa un hombre adulto barbado en traje de corte. Fue solo en la época del Renacimiento en que, inspirados en su historia de vida, y especialmente en su primer martirio, que muestra al santo joven, atado a un árbol o a una columna y con el torso y las piernas atravesados por flechas o saetas.