
En 2023 se duplicó cantidad de femicidios ocurridos en la Región del Biobío, situación que llama a unificar los esfuerzos de prevención en múltiples ámbitos.
Por Camila Meza S.
“Un problema de todos”, así se ha definido la realidad de la violencia contra la mujer presente de manera frecuente y con alta intensidad en la sociedad. Por ello, diferentes han sido los esfuerzos para erradicar este escenario y lograr un cambio significativo a través de la prevención, educación y visibilización.
Dicha violencia se puede expresar de manera psicológica, económica, violencia obstétrica, agresiones físicas que afectan o puede afectar su vida, libertad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial. Acciones que son realizadas por el solo hecho de ser mujeres y puede ser ejercida por parte de sus parejas o del entorno en el que viven. Las causas son multifactoriales, pero puede ser ejercida en mujeres de cualquier edad, condición económica, condición social y de cualquier etnia.
En particular, hasta la fecha, en Biobío se han consumado seis femicidios siendo la segunda región con mayor cantidad de decesos por esta causa después de la Metropolitana (10). A lo que se suman los 13 intentos frustrados de este mismo delito, posicionando a la zona en el quinto lugar en comparación con otras regiones.
Sobre aquello, la seremi del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género (SernamEG), Lorena Segura, comentó que “este 2023 se han consumado seis femicidios, cifra diferente a lo que en fue 2022, donde ocurrieron tres. Entonces nos preguntan por qué ha aumentado y no tenemos una respuesta concreta. Lo que sí hay una efectividad en la línea de prevención considerando que hoy el tema se ha abierto en entender que además de violencia física hay también psicológica”.
Segura agregó que hay zonas donde se están reforzando los esfuerzos de prevención como en Coronel, puesto ahí en 2022 se registraron dos sucesos de estas características con resultado de muerte. “En nuestra Región hay mucha población rural, donde a veces la violencia está más arraigada, por lo que sería buena pensar en cómo impactarían nuevas herramientas en poder romper barreras culturales que te digan qué hacer o no”.
“Hacemos el llamado a la comunidad a denunciar estos hechos no solo cuando se es víctima, sino que también cuando somos testigos de estas situaciones”
Mayor Jessica Cortés, jefa Sección Regional de Derechos Humanos y Protección de la Familia de Carabineros Biobío.
Apoyo interdisciplinario
De acuerdo a lo indicado por el SernamEG uno de los pilares de acción es trabajar para la promoción y fortalecimiento del derecho de las mujeres a una vida libre de violencias, a través del Programa de Violencias Contra las Mujeres. De esta forma, se desprende el Programa de Atención Inicial Integral de la violencia de género dispone de los Centros de la Mujer que atienden a mujeres mayores de 18 años que viven o han vivido violencias de género en contexto de pareja o expareja. No es condición haber realizado una denuncia previamente, ni es obligación realizarla mientras permanece en el Centro para poder recibir apoyo psicológico, social y legal. En Biobío actualmente existen 15 Centros de la Mujer en las comunas de Los Ángeles, Mulchén, Chiguayante, Cabrero, Concepción, Talcahuano, Santa Bárbara, Penco, Curanilahue, Cañete, Tirúa, Coronel, Alto Bío Bío, Arauco y Santa Juana.
En los centros es posible solicitar orientación e información en violencia de género contra las mujeres, atención personalizada, a través de profesionales que entregan orientación, información y apoyo sicológico, social y jurídico a las mujeres; intervención individual y grupales para reforzar espacios colectivos entre las mujeres, junto con promover el apoyo mutuo y el ejercicio de sus autonomías.
Igualmente, se despliega el Programa de Recuperación de la Autonomía en Violencia Contra la Mujer a través de Residencias Transitoria, destinada a mujeres víctimas/sobrevivientes de violencia de género grave/extremo que necesitan una residencia temporal, a las mujeres mayores de 18 años y sus hijas e hijos hasta 14 años. Cada residencia cuenta con un equipo compuesto por profesionales para el apoyo psicosocial de las mujeres, quienes se vinculan con los Centros de la Mujer para la asesoría legal. El ingreso debe ser solicitado por Tribunales, Fiscalía o derivadas desde alguna institución a través de los Centros de la Mujer o Direcciones Regionales del SernamEG. No es condición haber realizado una denuncia previamente, ni es obligación realizarla mientras permanece en la residencia.
El acceso es gratuito y entregan un lugar de residencia transitoria, confidencial, segura y resguardada a las mujeres que viven en entornos de violencia grave, junto con brindarles atención legal y psicosocial. Actualmente funcionan 41 recintos con cobertura nacional, estando dos de ellos la Región de Biobío.

Además el SernamEG implementa un Programa de Prevención de Violencias de Género que realiza acciones de sensibilización, difusión y capacitación. Desde 2024 este programa se reformulará y estará centrado en el ámbito educativo y comunitario.
La Mayor de Justicia de Carabineros, Jessica Cortés, quien es jefa de la Sección Regional de Derechos Humanos y Protección de la Familia de la zona de Carabineros Biobío, explicó que es “fundamental que las personas que son víctimas de actos de violencia intrafamiliar puedan hacer la denuncia respectiva. Para ello, Carabineros de Chile cuenta con la implementación de las oficinas de violencia intrafamiliar y salas de familia en las unidades policiales de la Región para brindar una atención personalizada, especializada y además diferenciada a quienes sufren de estos lamentables actos ofreciendo un espacio seguro tanto para las víctimas como para cualquier persona que requiera denunciar”.
La represente de Carabineros manifestó que cuentan con personal capacitado y debidamente certificado para la atención de víctimas de violencia intrafamiliar con perspectiva de género, aplicando todos los protocolos establecidos por la legislación tales como la pauta unificada de evaluación inicial de riesgos que permitirá al Ministerio Público o a los juzgados de familia poder implementar medidas de protección como el monitoreo telemático de las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y la derivación a casas de acogida.
“Por eso, hacemos el llamado a la comunidad a denunciar estos hechos no solo cuando se es víctima, sino que también cuando somos testigos de estas situaciones a través de nuestros canales gratuitos de comunicación, donde recibirá una atención confidencial y especializada”, finalizó la Mayor.
“Ahora la mujer tiene mayor conciencia de ciertos temas y, al darse cuenta que es violentada, trata de poner límites”
Paola Peña, psicóloga Universidad San Sebastián.
Educación a hombres y mujeres
Por su parte, la psicóloga y coordinadora de Campos Clínicos de la Universidad San Sebastián, Paola Peña, aseguró que “ahora la mujer tiene mayor conciencia de ciertos temas y, al darse cuenta que es violentada, trata de poner límites. En algunos casos la frustración del hombre se le escapa de las manos y, lamentablemente, es ahí donde algunas veces aparecen casos de femicidio o maltrato”.
La profesional explicó que en las décadas de los 70, 80 y principios de los 90, el hombre tenía un rol más protagonista en la familia, específicamente en lo laboral y económico. En ese aspecto ha evolucionado esa dinámica, tras la apertura laboral de la mujer, situación que muchas veces no es bien vista por el hombre. Ello ha provocado un aumento en la violencia económica y psicológica por sobre la física.
“La equidad de género no tiene que ver con perder la femineidad o masculinidad, sino que responde a un tema cultural en cómo compartimos acciones y vivencias que pueden ser realizadas por el hombre y la mujer, sin dejar de lado su femineidad o masculinidad. Muchas veces se cree que se elimina este rol, sin embargo ocurre que se complementan, como lo es por ejemplo el cocinar en una casa, hacer aseo o ser parte de la crianza activa de los hijos”, indicó la psicóloga.
Peña sostuvo que hay empresas que se han tomado en serio el tema de la equidad de género, pues han visto que funciona esta complementariedad de visiones que permite el trabajo entre hombres y mujeres. Finalmente, la docente recalcó la importancia de “no solo educar a las niñas en relación al acoso de distintos niveles, sino que también al hombre para que sepa hasta dónde puede llegar y qué decir, para que sepa qué causa daño y cómo repercuten sus comentarios. Es muy relevante darles fuerza en la educación tanto a hombres como a mujeres”.