En medio de la entrega que caracteriza a los bomberos, la salud mental es un tema crítico que merece una atención urgente. En un contexto de emergencias cada vez más traumáticas, se hace evidente la necesidad de mayor respaldo para la institución mejor evaluada por los chilenos.
Por Tania Merino M.
Por más de cuatro horas se prolongó la labor de Bomberos en el cruce de Boca Sur, en San Pedro de la Paz, tras la colisión entre un microbús de la flota San Pedro del Mar y el Biotrén, ocurrida el pasado 1 de septiembre. Ese día, tras la emergencia, el comandante del Cuerpo de Bomberos de la comuna, que lideró el operativo, hizo la primera contención entre los rescatistas para conocer su estado. Confirmaron que todos estaban bien y revisaron algunos procedimientos. Posteriormente, durante la tarde, cada capitán convocó a quienes participaron de estos trabajos. Las emociones surgieron entonces con mayor intensidad. La adrenalina inicial había sido reemplazada por el cansancio y el peso de la experiencia vivida.
Como buena parte de las unidades a lo largo del país, las cuatro compañías de Bomberos de San Pedro de la Paz no cuentan con apoyo psicológico profesional. A nivel transversal y más allá de instancias de formación y capacitación básicas y algunas declaraciones de buenas intenciones, la salud mental es un tema pendiente en Chile en lo que a instituciones de respuesta en emergencias se refiere, en especial porque gozan de cada vez mayor exigencia y presupuestos acotados.
Recién hoy existe un proyecto de ley que incorpora la ocurrencia de un evento psicológico traumático en la cobertura de accidentes para Bomberos. Sin embargo, la iniciativa no se hace cargo de la prevención y la contención necesarias tras la contingencia diaria, marcada en ocasiones por eventos de mayor magnitud como el del cruce ferroviario, o por los incendios forestales de cada verano, las inundaciones y otros desastres.
Orlando Contreras asumió en enero de 2023 como comandante del Cuerpo de Bomberos de San Pedro de la Paz. Uno de sus primeros pasos fue la implementación de un departamento médico, aunque, en temas de salud mental, reconocen que están en pañales. Recién están en la etapa de articular redes que les permitan tener un plan de mitigación ante las exigencias emocionales propias de la función bomberil. Es así como se han reunido con distintas instancias públicas como la Municipalidad local y Servicio de Salud para poder concretar lo que se han trazado como un desafío, sin que hasta la fecha exista una resolución formal.
Él y unos 40 voluntarios de la comuna prestaron auxilio en la tragedia que todavía tiene a víctimas internadas en el Hospital Clínico Regional de Concepción; sin embargo, advirtió que éste, “no es el primer episodio que tenemos de esta magnitud. Recuerdo muy bien, por ejemplo, una emergencia muy similar en la ruta 160, entre el cementerio parque San Pedro y Candelaria, donde se volcó un bus de la línea de Coronel – Lota. También en 2008 en Candelaria participamos en la colisión del Biotren con un taxibús, que tuvo casi la misma cantidad de heridos que en esta oportunidad. Sin embargo, indistintamente de estas experiencias no deja de ser un tremendo trabajo bajo estrés el que se produce en este tipo de rescates, especialmente para las nuevas generaciones. Lo del 1 de septiembre yo lo describí como ver un campo de batalla por la destrucción del bus, por la cantidad de víctimas y de personas involucradas, por la afectación de infraestructura, de las líneas de electricidad. Obviamente impacta. Es un estrés muy fuerte”, reflexionó.
Experiencias que marcan
A la emergencia en Boca Sur concurrió, además, personal de Concepción. Felipe Meneses, segundo comandante del Cuerpo de Bomberos penquista, explicó que si bien hay medidas a partir de las que se puede preparar a los rescatistas, ya sea por la supervisión de personal con mayor experiencia, la información que va aportando la central en la ruta al siniestro, o las herramientas entregadas en capacitación, hay situaciones como esta, de gran magnitud, que pueden ser traumáticas y en las que es necesario contar con protocolos de acción. En este caso, también se practicaron primeros auxilios psicológicos al equipo que estuvo en el lugar.
Comentó que Concepción cuenta con una psicóloga externa que los apoya en estos procesos y que también se involucra en evaluar a los postulantes, en términos de medir su capacidad para tomar decisiones, actuar y sobreponerse en contexto de situaciones límites. La profesional brinda apoyo en contención psicológica a las 10 compañías y sus cerca de 900 voluntarios.
“Muchos de ellos (bomberos) presentan desbordes emocionales que no son reparados y que no son tratados. Se hace imprescindible el apoyo terapéutico, el apoyo profesional, desde la psicología de la emergencia”
Paola Aguayo, psicóloga
Distintas ecuaciones
Más allá de lo ocurrido en San Pedro de la Paz, cada llamado tiene características y circunstancias que pueden influir en la respuesta. Hay casos, por ejemplo, en que resulta imposible prever lo que pasará y que pueden tener mayores repercusiones emocionales. “Hemos tenido emergencias, donde, por ejemplo, hemos despachado a un incendio estructural y los bomberos han encontrado con un asesinato y un suicidio dentro de la vivienda. Entonces, obviamente, ese personal que se vio expuesto a salir a esa situación, que además no era lo esperado, sufre un mayor impacto. Porque cuando se concurre a un rescate vehicular está dentro de las posibilidades que se encuentre con personas heridas o eventualmente fallecidas o con cierto escenario externo, por ejemplo, la llegada de familiares que podría ser un activador de algún tema emocional, pero también ocurre, no con tanta frecuencia que se da ese tipo de escenario inesperado”, explicó Meneses refiriéndose al femicidio ocurrido en Lomas de San Andrés el 9 de marzo.
Otro factor, agregó, tiene que ver con la edad y trayectoria de quienes asisten a los procedimientos que también puede repercutir en cómo los afectará emocionalmente un evento de magnitud o de condiciones poco frecuentes. “En algunos casos los bomberos o las bomberas que asisten no necesariamente tienen una vasta experiencia, esto, debido a que las dotaciones mezclan personal experimentado y aspirantes que llevan muy poco tiempo en la institución. Eso es un tema que a nosotros nos cuesta poder manejar dado el carácter voluntario de Bomberos, sobre todo por los horarios laborales, porque la gran mayoría de los bomberos y bomberas que asisten en esos horarios son estudiantes y, por lo tanto, disponen de un poco más de flexibilidad en sus tiempos y van al cuartel y esperan la emergencia. No así los que están trabajando, que deben cumplir un horario y luego de eso están disponibles”.
Evaluación psicológica
Paola Aguayo, la psicóloga experta en manejo de la emergencia que asesora al Cuerpo de Bomberos de Concepción, apuntó a que, uno de los desafíos para poder avanzar en la materia parte por casa y es erradicar el mito de que los bomberos siempre deben ser resilientes y fuertes en cualquier situación. En muchos casos, advierte, no hay una pesquisa de síntomas, de trastornos del sueño u otros indicadores, por lo que es complejo si los propios afectados se ven reacios a pedir ayuda.
Aseguró que la salud mental en general es “deficiente” y observó que con frecuencia “tienen situaciones emocionales disminuidas. Muchos de ellos presentan desbordes emocionales que no son reparados y que no son tratados. Se hace imprescindible el apoyo terapéutico, el apoyo profesional, desde la psicología de la emergencia”, enfatizó. “Este año es el que más he visto trastornos de estrés postraumáticos”, agregó.
Tanto la psicóloga, como sus pares coinciden en que es necesario profundizar el respaldo a quienes exponen su seguridad por la de otros, lo que debe partir desde las políticas públicas, pero también desde los distintos actores de la sociedad. “Hay que reforzar la necesidad de que las políticas públicas también se encarguen en ese sentido de apoyar en este caso a una institución que entrega apoyo a la comunidad desde el voluntariado, pero no solamente de instituciones como Bomberos, sino también Conaf, Cruz Roja y otras instituciones también que apoyan”, opinó Aguayo.
Otro factor preocupante es que cada vez con más frecuencia y pese a ser la institución mejor evaluada, con 95% de aprobación según la última encuesta Research Chile, sufren también de agresiones por parte de la comunidad. “Es una realidad. Frente a accidentes de tránsito, los tacos, tiempos de espera, finalmente te encuentras con personas que están con una carga emocional o mucho más reactiva y en la que cualquier activador los puede hacer reventar. Lo que sí nosotros tenemos claro es que no somos el motivo, la razón de eso, pero es una variable más de la ecuación y, por lo tanto, tenemos que ser capaces de manejarla”, sumó Meneses.
“Frente a accidentes de tránsito, los tacos, tiempos de espera, finalmente te encuentras con personas que están con una carga emocional o mucho más reactiva y en la que cualquier activador los puede hacer reventar”
Felipe Meneses, segundo comandante del Cuerpo de Bomberos Concepción
Factores protectores
Recientemente, la Décima Compañía de Bomberos de Concepción organizó un seminario que reunió a diversos profesionales para abordar el crucial tema de la salud mental en los bomberos. Entre ellos Paulina Rodríguez, Psicóloga clínica y fundadora del centro de apoyo emocional Amanecer. Para ella es fundamental enfocarse en la prevención y promover un enfoque más constante en las cuestiones de salud mental. Comparando el entrenamiento físico riguroso que los bomberos reciben para enfrentar emergencias, Rodríguez señala que la preparación emocional también debe ser una prioridad. Destaca que al igual que el cuerpo, la mente necesita un entrenamiento constante para desarrollar estrategias de respuesta efectivas ante situaciones de alta tensión. Este enfoque, argumenta, puede reducir los niveles de estrés y la sensación de impotencia que a veces enfrentan los bomberos al lidiar con desafíos extremos. “Es como si yo hiciera el entrenamiento una vez, lo logré y no lo vuelvo a hacer nunca más. Obviamente mi cuerpo falla o no tiene mejores condiciones. Pasa lo mismo a nivel emocional”.
Juan Orias, académico de Psicología en la Universidad San Sebastián, también participó en este evento y enfatizó la importancia de crear espacios que fomenten la expresión emocional en el entorno bomberil. Estos espacios, tanto a nivel individual como grupal, pueden proporcionar apoyo emocional y ayudar a procesar las experiencias traumáticas.
Un punto en el que todos coinciden es que, en casos de una mayor afectación emocional, es recomendable que los voluntarios continúen asistiendo a su cuartel incluso si son relevados de las emergencias. La comunidad de Bomberos se considera una familia, y el apoyo mutuo es fundamental para superar los momentos difíciles, aseguraron.