
Plantea que es necesario fortalecer los programas de prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, enfrentar los altos niveles de obesidad, una verdadera pandemia en el país, e implementar políticas públicas integrales en salud mental que abarquen los lugares de trabajo y los establecimientos educacionales.
Por Cecilia Díaz R.
Según muchos a ella le correspondió contestar las preguntas difíciles durante la pandemia. La recordada frase del entonces ministro Enrique Paris, “esa pregunta la responderá la doctora Daza”, quedó en el recuerdo de aquellos complejos días cuando ambos se paraban frente a los periodistas para actualizar los datos del Covid 19 en Chile. Los dos médicos se reunieron por primera vez en Concepción para abordar la gestión y las enseñanzas que dejó la crisis sanitaria.
El ex ministro de Salud y la ex subsecretaria de Salud Pública participaron en un encuentro organizado por la Escuela de Liderazgo de la Universidad San Sebastián. Un auditorio lleno y constante solicitudes para sacarse fotografías junto a ellos reflejaron la popularidad y cariño que generaron entre los chilenos, incluso en las nuevas generaciones. Tras el encuentro, la médico pediatra conversó con Diálogo.
– La quiero sacar de la coyuntura. ¿A qué problemas de salud pública no estamos poniendo atención y podrían generar mayor morbilidad y mortalidad en el futuro?
– Hay varios temas que son muy relevantes y que, desde el punto de vista de salud pública, implican grandes desafíos. Lo primero es entender que hoy estamos viviendo mucho más, estamos llegando a una edad de más de 80 años, pero llegamos enfermos, tenemos un alto número de personas con enfermedades crónicas. Tenemos una población más envejecida, con problemas de hipertensión arterial, diabetes y otras. El otro tema que es muy relevante es la obesidad, yo diría que, de las enfermedades crónicas, la obesidad, la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, tienen un rol importante en la salud pública. Por lo tanto, fortalecer políticas de prevención y de promoción en esas enfermedades es fundamental.
– ¿Alguna otra situación que le merezca preocupación?
– Otra de las enfermedades, en que hoy tenemos un plan, una ley, sin embargo, tenemos que hacer una bajada más urgente, es el cáncer. Nosotros, en el Centro de Políticas Públicas en Salud de la Universidad del Desarrollo, hemos hecho un estudio acerca de GES de cáncer atrasados, y sabemos que hoy tenemos más de 13 mil personas con cáncer y con sus garantías de GES atrasadas. Entre las enfermedades que lideran el número de pacientes con GES atrasados está el cáncer cérvico uterino, que es prevenible, en que tenemos un programa de diagnóstico precoz, sin embargo, hoy los pacientes se nos están muriendo. Cada día se nos mueren dos mujeres por cáncer cérvico uterino, en circunstancias de que es un cáncer prevenible.
Agrega que la obesidad es “transversal a todo y diría que es la gran pandemia que tenemos en Chile, hoy un 70 % de la población mayor de 15 años tiene obesidad o sobrepeso, y es una condición de salud que produce hipertensión, diabetes, cáncer”.
– Mucho se ha hablado de fortalecer la atención primaria para prevenir las enfermedades más que centrarnos en una medicina curativa, ¿hemos fracasado en eso?
– Nos falta muchísimo, porque hablamos de la importancia de la prevención, de la promoción, del diagnóstico precoz, sin embargo, cuando vemos donde estamos poniendo los recursos, los estamos poniendo en tratamientos, ahí tenemos un tremendo desafío, hay estudios que dicen que por cada dólar que invertimos en prevención y promoción, son cinco dólares que nos ahorramos en tratamientos. No solamente es bueno para la persona, porque llega más sana a una edad más adulta, sino para el sistema de salud, ya que implica una menor carga asistencial en la atención primaria, en hospitalizados y servicios de urgencia.
Plantea que en políticas de prevención y promoción tenemos una amplia brecha. Pone un ejemplo: “La cobertura de PAP en Chile, que es una política que partió en la década del 70, no supera el 50 %. Tenemos que fortalecer la estrategia de diagnóstico precoz de Virus Papiloma Humano, se partió un programa piloto en el año 2019 y ese plan piloto sigue siendo piloto en 13 servicios, entonces, nos falta la voluntad política de decir por aquí tiene que ir la salud pública. Falta implementar recursos, fortalecer el recurso humano en la atención primaria, todos sabemos que la atención primaria es la gran apuesta donde tenemos que poner nuestros recursos, y es el primer contacto con la ciudadanía. Es ahí donde sabemos que, en la medida que fortalezcamos la prevención y la promoción, vamos a tener menos enfermos graves y menos carga asistencial en la parte hospitalaria”.
“La salud mental tiene que enfocarse como una política de Estado, en el trabajo, en el colegio, en la academia, que trascienda lo sanitario”
– ¿El fortalecimiento de la atención primaria se debería focalizar en algún grupo etario?
– Hay que fortalecer las estrategias en varios grupos. Primero que todo en el grupo de adultos mayores, en hombres y mujeres, tenemos estrategias muy segmentadas. El control del embarazo en Chile es muy exitoso, sin embargo, nos faltan políticas públicas orientadas a la prevención y promoción de enfermedades crónicas no transmisibles, programas cardiovasculares, hay programas de diabetes, pero están segmentados. Falta una integración, pero también faltan estrategias claras, por ejemplo, implementar tecnologías de información en la atención primaria.
También enfatiza en el manejo de los datos. “La integración de la información es muy importante, no tenemos la información integrada, la atención primaria junto con la atención secundaria, es decir, una persona que se está controlando en la atención primaria y después va a un servicio de urgencia, ese médico que la ve en la urgencia no tiene ningún antecedente de la atención primaria. En la medida que la información esté integrada dentro de la atención primaria junto a la atención secundaria, vamos a mejorar la gestión de políticas públicas al contar con data para focalizarlas”.

Abordaje integral de salud mental
Uno de los efectos de la pandemia fue el alza de los problemas de salud mental en la población agobiada por la crisis económica, el encierro y las secuelas de la enfermedad.
“La pandemia produjo probablemente un aumento importante en las necesidades en salud mental, yo diría que traspasa el ámbito de la salud, es una necesidad de salud pública, qué duda cabe, pero tiene que incorporarse el manejo preventivo en el trabajo, en los colegios, en la educación superior”.
Plantea que de poco servirá fortalecer la promoción y prevención en este ámbito a nivel de centros asistenciales, si no se hace un trabajo integral. “La salud mental tiene que enfocarse como una política de Estado, en el trabajo, en el colegio, en la academia, que trascienda lo sanitario, porque, si tenemos más psiquiatras, más psicólogos, más aportes en salud, pero en el trabajo no tengo la contención probablemente va a ser difícil salir adelante”, explica.
“Nos enfrentamos a una vida de mucha demanda, de mucha aversión, y probablemente descuidamos el cuidado, que es fundamental, y aquí tenemos distintos grupos vulnerables, los adultos mayores, ahí la soledad cumple un rol relevante; los jóvenes, los niños, las mujeres que han tenido que hacerse cargo de todo su entorno”.
“La pandemia produjo probablemente un aumento importante en las necesidades en salud mental, es una necesidad de salud pública, pero tiene que incorporarse el manejo preventivo en el trabajo, en los colegios, en la educación superior”.
Colapso de las isapres
En cuanto a la crisis en las isapres, lamenta la tardanza de la Superintendencia de Salud en tomar una decisión, lo que ha puesto al sistema de salud en un escenario en extremo incierto.
“Esa incertidumbre que ha mantenido a los pacientes en este statu quo, es grave porque sabemos que las decisiones que han tomado algunas isapres, de suspender los convenios con el sector salud, tienen un impacto en las personas”, dice.
– ¿Qué salidas visualiza?
– Veo que hay salidas, por ejemplo, esa ley corta tiene que implicar una serie de medidas, que sepamos cuánto es el costo que tienen que devolver las isapres, en la medida que ese costo permita la sustentabilidad del sistema de salud privado, obviamente se pueden ir haciendo las reformas de mediano y largo plazo que necesita el sector privado. Necesita reformas de todas maneras, profundas, nosotros, cuando estuvimos en el gobierno, enviamos una propuesta de reforma de isapres que todavía está durmiendo en el Congreso, para que se creara un plan de salud universal, con un fondo de riesgo, para que los más jóvenes subsidiaran a los mayores, que los más enfermos sean subsidiados por los más sanos, pero no ha pasado nada.
Enfatiza en la necesidad de que haya voluntad política para resolver la situación. “La ministra de Salud tiene esa voluntad política, pero se ha enfrentado desgraciadamente a un gobierno que tiene una ideología que quiere terminar con el sistema”.
– Se dice que una quiebra de las isapres es un colapso de todo el sistema privado de salud, ¿está de acuerdo?
– Es un colapso no solo para el sistema privado de salud, es un colapso para las personas que están en el sector público, hoy más de siete millones de personas que están en Fonasa se atienden en el sistema privado, por qué, porque pueden acceder, porque deciden voluntariamente ir al doctor, hacerse exámenes, operarse, hacerse procedimientos, porque probablemente el sector público prestador no les está dando respuesta. Además, si quiebran las isapres, esos tres millones de chilenos que están en las isapres van a pasar al sector público, eso va a hacer que las listas de espera aumenten, que el sector público se vea mayormente estresado.