Uno de los seis integrantes del mítico grupo Grisalla, en la actualidad pasa sus días entre Concepción, donde vuelve por razones familiares, y Santa Cruz, pueblo que lo acogió tras su estadía en Santiago. En la apacible comuna de la Región de O’Higgins, como siempre lo ha hecho, dedica sus días al arte.
Cecilia Díaz R.
– ¿Con qué colores relaciona su infancia?
– Con los colores arcillosos de la tierra, rojo anaranjado, el verde de los árboles y el azul profundo del mar.
– ¿En qué aspectos de su formación lo marcó su paso por el Colegio Charles de Gaulle?
– Lo que nunca olvidaré es el método con que enseñaban el francés, con un espectáculo de títeres… una motivación a la creatividad.
– ¿Qué recuerda de su llegada al Instituto de Humanidades?
– El cambio. El colegio no era mixto, además de católico y marcial.
– ¿Qué ventaja tiene ser el mayor de tres hermanos varones?
– La responsabilidad te obliga.
– ¿Por qué decidió estudiar Arte?
– Era lo único que podía ser… siempre estaba dibujando en todos los ramos en el colegio.
– ¿Qué inspira su pintura?
– La imaginación de intuir que la realidad es más amplia.
– ¿Cómo definiría la evolución artística que ha experimentado?
– “Un darse cuenta”, un trabajo interior de descubrir, experimentar, asociar los innumerables tejidos de cómo percibimos la realidad.
– ¿Algún maestro que recuerde con especial afecto de sus años de estudiante en la UdeC?
– Todos… Eduardo Meissner, Edgardo Neira, Jaime Fica y la constancia, perseverancia en el trabajo, de Luis Escalona.
Grupo Grisalla
– ¿Qué significó para usted la formación del grupo Grisalla?
– Sin duda, una sincronización de un conjunto de ideas, interpretación, expresión plástica y la asombrosa coincidencia de varias personas de estar en el momento preciso, la originalidad, diversidad y conjunto.
– ¿Cuánta amistad y cuánta rivalidad había en el colectivo?
– Lo normal o lo suficiente para producir el diálogo y crecimiento plástico entre los integrantes.
– ¿Cuál fue el logro más relevante de Grisalla?
– Exponer en el Museo Nacional de Bellas Artes. Fue la segunda exposición más visitada, siendo unos desconocidos, fue romper con muchos mitos establecidos a nivel regional y nacional, éramos unos veinteañeros… La exposición nos abrió las puertas al mundo plástico nacional e internacional, una buena pintura abrirá cualquier puerta.
– ¿Es posible vivir del arte?
– Por supuesto, eso sí, uno debe saber cuánto vale y no engañarse.
– ¿Cuál ha sido el premio o logro más significativo que ha alcanzado?
– Logro, estar en armonía con ser artista… aún falta mucho camino, pero soy un agradecido del infinito, la vida. El premio más importante, sin duda, fue el valor joven del III Salón Sur 1989, que tuvo un jurado de gran nivel, Nemesio Antúnez, Jorge Glusberg, quien hizo una crítica positiva de la obra premiada, Ricardo Brindis, Jaime Cruz y Justo Mellado. Era un estudiante de arte y fue un respaldo en una época difícil y que, además, me mostró que no estaba equivocado en mi intuición.
– ¿Admira a algún artista plástico?
– Me es difícil pensar en alguno en especial, a través de los años han ido cambiando, algunos ya me aburren y otros me sorprenden… por nombrar a uno, Matta.
– ¿Tiene alguna colección?
– La verdad ya no colecciono, lo minimalista ahora es mi atención.
Gustos y pasatiempos
– ¿Qué tipo de música prefiere?
– Lo que se llama o llamaba música progresiva, sin embargo, escucho de todo, estudié guitarra clásica, estuve en un conjunto de rock en el colegio con Ricardo Moreno y Cuti Aste, componíamos nuestros propios temas… la creatividad siempre.
– ¿Sabe cocinar?
– Es uno de mis puntos débiles.
– ¿Alguna especialidad?
– No creo, mi hermano es chef y la vara es alta.
– ¿Le gusta leer? ¿Qué estilo de literatura?
– Sí, a grandes rasgos sobre la historia humana y su entendimiento ante la vida.
– ¿Qué halló en Santa Cruz que lo motiva a seguir viviendo allá?
– La cuidad me agotó, no es el lugar, es la tranquilidad en todos los aspectos.
– ¿Tiene algún desafío pendiente?
– Humanos, sociales, profesionales…en fin, muchos.
– ¿Con qué cree que nos encontraremos después de la muerte?
– Paz.